𝟱𝟰| 𝗥𝗔𝗖𝗛𝗘𝗟 𝗖𝗨𝗥𝗥𝗥𝗬.

674 72 195
                                    

No podía creer que fuera el día del primer partido de las finales de la conferencia oeste. Steph había trabajado tan duro para poder llegar hasta aquí, y a pesar de todo yo estaba... orgullosa de él, pero también estaba nerviosa, muy nerviosa.

Podía ver cómo caminaba de un lado a otro por la habitación, mordiéndose las uñas y murmurando algo inaudible. Traté de ignorarlo mientras me terminaba de vestir, pero no fue fácil ya que mi vientre abultado me dificultaba ponerme las nuevas zapatillas que me había comprado Steph, unas Kyrie 5 edición Friends. 

─Stephen, cálmate un poco, ¿Quieres? ─bufé exhausta─. Vas a hacer un agujero en el piso de tanto caminar.

Y no se detuvo, sólo siguió y siguió dando vueltas, como si no hubiera escuchado ni media palabra de lo que le dije.

─Steph, ¿Me estás escuchando? 

Jesús.

─¿Stephen?

Al ver que realmente no reaccionaba, opté por acercarme a la cama, tomar una almohada y arrojársela directo a la cabeza.

─¡Steph! ─grité perdiendo la poca paciencia que me quedaba.

─¿Qué? ¿Qué pasa? ─preguntó aturdido.

─¿Qué te pasa a ti? Pareces un zombi.

─Es que... maldición, sólo... ─se llevó las manos a la nuca─. Todo el mundo me comerá vivo si perdemos las finales de la conferencia oeste, Narcissa.

─No es la primera vez que pisas una cancha de baloncesto, has jugado cientos de partidos y has ganado la mayoría de ellos, así que tienes que tranquilizarte un poco.

─Lo sé, pero no lo entiendes, esta vez es diferente, esta vez es... LeBron, es... el mejor jugador de los Lakers, Bron me conoce bien, sabe cómo juego y sabe cómo pararme, y sí, es mi amigo pero...

─Escucha, escucha. ─me detuve acercándome a él y tomando su rostro entre mis manos─. Escúchame bien, tú eres el mejor jugador de los Warriors y probablemente de toda la NBA, tú eres el que hace magia con el balón, el que mete triples imposibles.

─Pero... 

Corté sus palabras colocando mi mano sobre su boca con delicadeza.

─Tú eres la estrella, la cara principal del equipo. No por nada cada vez que alguien menciona a los Warriors lo primero que se les viene a la cabeza es tu rostro, Steph. 

Una sonrisa adornó la comisura de mis labios.

─Tú cara bonita. ─añadí retirando mi mano para poder besarlo.

Pude sentir cómo su respiración agitada empezaba a relajarse poco a poco.

─Cada vez que me acompañas a los partidos es como si... no lo sé, como si verte me diera superpoderes, ¿Me entiendes? ─dijo tomándome de las caderas para poder pegarme un poco más a su cuerpo. 

Sentí una rara sensación en el estómago al ver que se le dilataron las pupilas como las de un oso pardo.

─Eres mi amuleto de la buena suerte, Cissy. ─suspiró acercando su rostro al mío─. En cuanto terminen los playoffs te prometo que...

Y antes de que el castaño pudiera terminar de hablar, el móvil sobre su cama empezó a sonar después de casi dos gloriosas horas en silencio.

─¿Es en serio? ─fruncí el ceño y me aparté de él abruptamente─. ¡¿Por qué te sigue llamando, Steph?!

─¡Dios mío, Narcissa, si tan sólo pudiera saberlo! ─gruñó acercándose para tomar el teléfono.

Esa mujer me tenía al borde de la locura.

NO ES TUYO, ES NUESTRO © » 1M8.Dove le storie prendono vita. Scoprilo ora