34. Susurros suplicantes en noches oscuras.

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34.
SUSURROS REPLICANTES
EN NOCHES OSCURAS.
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KALENA.

Los hombres son incapaces de pensarnos a las mujeres más allá de la eterna dualidad del ángel y el demonio, solo podemos ser las cálidas protectoras que los cuidan o las tentadoras corruptas que los orillan al pecado.

Quizás eso explicaba la historia de la vark Morrigan, esa mártir que dio su vida para salvar miles, esa que se sacrificó para proteger a los suyos, contra la historia de la diosa Rella, quien se cuenta una vez fue una joven hermosa que bajó a la tierra y, tras verse herida por los suyos, juró venganza contra aquellos que la lastimaron y, en lugar de aceptar su destino y responder con misericordia como lo hizo la vark Morrigan, fue mezquina y vengativa, incendiando una torre con ella y sus enemigos dentro.

¿Por qué se arremolinaban esos pensamientos en mi cabeza?

Tal vez porque sabía que una vez que entrara en el imaginario público caería, sin remedio, en uno de dos tropos, y una vez ahí debía decantarme por la imagen que quería perpetuar.

Nada me salvaría de la eterna condena de quedar enclaustrada a su prejuicio.

Ya fuese como la tierna salvadora que vendría a ofrecerles misericordia y a la que sacrificarían, o la oscura y mezquina bruja que venía a corromperlos.

La mañana se levantó fría y gélida en las montañas valtenses, contábamos con dirigirnos a Katreva.
Luego de la bajeza de Ciro, hubiéramos quedado varados si no fuera por el rescate de los hombres de Kaiser que llegaron desde Venari, donde encontramos refugio.

En la biblioteca de Venari no podía encontrar gran cosa, la mayoría de los libros estaban dirigidos a tácticas y estrategia militar, mientras eso nos era de gran ayuda en nuestra posición y Kaiser tenía varios para discutir, lo que en verdad necesitaba era conocimiento sobre la synergia y su alcance.

La ignorancia es el golpe más efectivo con el que puedes aplacar un pueblo y por siglos se habían garantizado mantenernos a los Raguen bajo la oscuridad de esta.

Me serviría mucho el apoyo de Aessi en ese sentido, pero ellos parecían tener sus propios planes que no me incluían a mí, pero para mi suerte tampoco a Ciro.

Teníamos que permanecer en Venari por lo menos dos semanas hasta obtener noticias de Keira, ese había sido el trato, aunque las únicas que nos habían llegado eran las de la toma de Ciro a la ciudad de Fuko.

Desde la torre de la biblioteca podía escuchar los gritos del entrenamiento en el patio de armas, Kaiser no les había cedido un día de descanso desde entonces, aunque no sabía si era por mantenerse en forma o nacía de una necesidad de aplacar sus propios pensamientos.

Como fuese, yo permanecí en la biblioteca, intentando recabar la mayor cantidad de información sobre la causa, encontré teorías dispersas y formé las mías a través de lo que recaudaba de cuentos y leyendas.

«La synergia es equilibrio continúo, siempre encuentra su forma de volver al eje».

Intenté buscar información sobre la familia Sinester, entender el interés de Ciro en ellos, asesinó a cinco grandes señores sin mucho preámbulo pero con ellos se tomaba demasiadas molestias, buscaba el consenso cuando él era conocido por imponerse, ¿por qué?

Había varios pasajes haciendo referencia a algo que denominaban el Kavatzer, el rey de las sombras, el súbdito favorito de Rella y señor de la oscuridad.

Según la leyenda, y decidí elegir la de la cuentista Ferza Barié, él fue un noble de las grandes casas, cuando el imperio escario apenas había sido formado.

Los Pecados que Pagan las BestiasWhere stories live. Discover now