𝐕𝐀𝐋𝐊𝐎: 𝐇𝐈𝐄𝐋𝐎 & 𝐒𝐀𝐍𝐆𝐑𝐄

𝟏. 𝐀𝐏𝐀𝐑𝐈𝐄𝐍𝐂𝐈𝐀𝐒

Capítulo 1

ARTARBUR FICXIA (CASTILLO LETHONEN)

Valko Worwick caminaba por los pasillos del castillo Lethonen, escoltado por un par de guardias que lo acompañaban.

La molestia en el rostro del príncipe era fácilmente legible. Se habían atrevido a molestarlo en sus aposentos y a él no le gustaba esto cuando ya era el momento de descansar. Sin embargo, unas doncellas se acercaron a su estancia para informarle que la princesa Xia lo estaba solicitando.

Valko no dijo ni una sola palabra, pero su mirada lo dijo todo, la cual los sirvientes preferían no observar, nadie que apreciara su vida lo miraba a los ojos. Él no era de carácter fácil.

El príncipe llegó a la puerta de los aposentos de Xia y se encontró un par de guardias custodiando, ellos solo se limitaron a abrirle el camino al peliblanco sin mirarle.

—Missä prinssi Lexter on?
(¿Dónde se encuentra el príncipe Lexter?) —habló Valko en el idioma Finse del territorio norte de Ficxia, lengua nativa de estas tierras, la cual él conocía a la perfección.

—Prinssi, prinssi Lexter ei ole linnassa tällä hetkellä.
(Mi príncipe, el príncipe Lexter no se encuentra en el castillo en este momento) —contestó el guardia con la cabeza gacha.

—Haluan, että kaikki palvelijat poistuvat käytävistä heti.
(Quiero a toda la servidumbre fuera de los pasillos en este momento) —ordenó Valko con un fuerte tono de voz.

—Haluan vain vartijoiden vartioivan.
(Solo quiero a los guardias custodiando) —culminó Valko para ver cómo los sirvientes cercanos se dispersaban y solo quedaban los guardias que custodiaban el pasillo.

Uno de los guardias le abrió la puerta al príncipe y este ingresó cerrándola de golpe sin mirar atrás. Él se quedó de pie junto a la puerta, viendo a la princesa castaña sentada sobre la cama con los ojos llorosos y sumida en angustia.

—¿Qué quieres Xia? —Se escuchó la profunda y gélida voz de Valko resonar.

Ella se secó las lágrimas y se dirigió hacia él.

—Disculpa por molestarte Valko, pero es que no tengo a nadie más a quien recurrir.

—¿Te pregunté qué quieres? —Seguía él rígido en la misma posición junto a la puerta.

—Lexter no ha venido, tiene casi tres días sin venir a mis aposentos y cuando salgo no lo encuentro —dijo sollozando.

—¿Y qué quieres que yo haga?

Xia miró la apatía de Valko hacia su persona y exclamó con melancolía.

—¡Por los dioses Valko eres su hermano! Ustedes hablan todo el tiempo y quiero que lo traigas ante mí, por favor.

Valko no perdía la postura, ni movía su mirada de la princesa.

—No me gusta meterme en problemas matrimoniales Xia. Tus desacuerdos con mi hermano no son de mi incumbencia; además, sabemos que él tiene sus razones para no querer verte.

—¿Tú también? -Le miró molesta.

Valko la observó detenidamente como él solía observar a las personas cuando lo empezaban a irritar. Xia no entendía por qué él la miraba de esa forma, llegando ella a sentirse terriblemente incómoda.

—¿Por qué me miras así Valko? —preguntó temerosa.

—Ve a dormir y deja de llorar por Lexter.