24 Sobre amor, compromiso... y celos

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*Se asoma tímidamente, sonríe... y da un salto para aparecer triunfalmente en el escenario* ❤ ¡Hola a todos!  ^0^ Aquí Coco, quien está que no puede creer que esté escribiendo un nuevo capítulo de esta historia, pero que está tan feliz que siente como si estuviera a punto de volar por los aires, fufufu. O más bien, ¡uff, uff uff! 0u0 ¡Si que fue un gran esfuerzo! Creo que nunca había tenido un bloqueo creativo tan largo con una obra mía. Es decir, incluso si dejaba de escribir otra, sabía más o menos a dónde quería ir, tenía claras mis mejores escenas, e incluso tenía el final aproximado, ¡pero esta no! 

Por suerte eso ha cambiado UwU He vivido muchas experiencias, he disfrutado cosas nuevas y maravillosas, he investigado. Ahora, tras más de un año de estar inactiva, por fin Letras y Sexo vuelve con la promesa de una  nueva temporada llena de romance, pasión y, cómo no, sexyness, ¡yeih! *w* A los que esperaban que este re-estreno llegara hasta la próxima semana, gomenazai ^w^ No pude resistirme a hacerlo hoy, tenía la imaginación volada y muchas ganas de sorprenderlos ❤ Consideren esto mi regalo atrasado por el día de las bromas °u^ Si a eso le sumamos que para mi es el mes de los conejitos... bueno, bienvenidos a abril y a una sexy pascua, fufufu 7u7 ¡Ya saben qué hacer! ❤❤❤


***

Esa había sido su primera pelea grande como novios. Cuando finalmente llegaron a la fiesta, Meliodas y Elizabeth aún estaban tensos. Nunca antes se habían levantado la voz, o luchado tan fuerte porque el otro comprendiera un punto. Con todo, ambos habían decidido tratar, y entraron tomados del brazo a la elegante recepción de color blanco con la expresión de quien acaba de contar hasta diez y logró controlarse. No podían arruinar aquella oportunidad, ese evento podía ser lo que marcara un antes y un después en su relación. Era la primera vez que uno entraba a la vida íntima y familiar del otro, así que si había un momento para ser conciliador, era ese. El rubio supo que no le sería tan fácil cuando un sujeto alto, musculoso y copetón se acercó a saludar.

—¡Princesa!

—Howser —respondió ella amable pero formal, y le dio un abrazo que el otro no supo interpretar.

—Que gusto tenerte aquí, no estábamos seguros si nuestra diosa anti-romance vendría a un evento así.

—Es la boda de una de mis mejores amigas, ¿cómo perdérmelo? —Un segundo de más, el sonido de los zapatos del rubio al dar un paso atrás, y de inmediato ella lo sujetó obligándolo a dar un paso adelante—. Déjame presentarte a mi novio, Meliodas. Querido, este es Howser, un buen amigo de la infancia.

—Me-Meliodas Demon, mucho gusto. —respondió extendiendo una mano al guapo muchacho, que de nuevo tardó un segundo de más, el necesario para quedarse patidifuso y con la boca abierta.

—Mucho... gusto —dijo al fin dándole un apretón mientras lo miraba de pies a cabeza, y el buen escritor nunca agradeció tanto la ayuda de Gowther, pues el outfit de ese día era obra de él. Un traje formal negro que se ajustaba a su cuerpo, guantes y gabardina para sentirse protegido. Su corbata era del mismo tono rosa intenso que el vestido de Elizabeth, y todo remataba con mancuernillas de cristal del mismo color, acordes a los pendientes y dije que ella llevaba. Ninguno de estos detalles pasó desapercibido al ojimorado, que de inmediato pudo leer en todo aquello la declaración de que eran una pareja de verdad. Una enorme y sincera sonrisa se extendió en su rostro mientras comprendía aquella verdad—. Wow... es que... ¡Wow! Ellie, es el primero que... —declaró casi saltando mientras miraba de reojo a la albina. Acto le dio un tosco abrazo a Meliodas, cuyo turno de quedarse patidifuso llegó mientras recibía aquella extraña muestra de cariño—. Bienvenido hermano, ¡bienvenido! Y felicidades a ambos.

Letras y SexoWhere stories live. Discover now