4 Cómo disfrutar con los cinco sentidos

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¡Hola a todos!, aquí Coco, feliz de que haya llegado el fin de semana, y a la vez algo triste por todas las tareas que me dejaron :'v intento salvar el semestre, así que el trabajo será arduo. Pero mientras lo hago, seguiré compartiendo el amor melizabeth con ustedes todos los días ^u^ Hoy habrá un momento tierno y candente entre nuestros protagonistas, y a partir de aquí, las cosas se irán poniendo más y más interesantes, fufufu *u* Ya saben qué hacer... 

***

Meliodas daba vueltas y vueltas en su cama, es un estado de sueño profundo que pocas veces alcanzaba debido a que era una persona nerviosa por naturaleza. Sin embargo, y a pesar de lo mucho que se movía, su rostro estaba relajado y hasta feliz. Estaba teniendo el sueño más hermoso de su vida. Un bello campo lleno de flores lo rodeaba, el viento mecía suavemente los pétalos, y sentía el calor de un sol gentil sobre los hombros y la espalda. Luego, escuchó una melodiosa risa, y se volteó para ver a la dueña de la misma mientras sonreía.

—¿Quieres un poco cariño? —Frente a él, estaba una hermosa peliplateada de ojos azules, radiante en un vestido blanco, y ofreciéndole una fresa con los dedos para que la comiera.

Elizabeth...

Encantado, abrió la boca ligeramente para recibir el fruto sobre sus labios y comenzar a comer de la mano de la hermosa dama. Cuando está se acabó, siguió chupando sus dedos mientras permitía que una gota de jugo rojo se deslizara por su barbilla. Eso debió darle cosquillas a la albina, que rió aún más fuerte y retiró la mano para tomar otra fresa.

—Bien, ahora me toca a mí. —Sin embargo, no lo puso en su propia boca.

Llevó la pequeña joya roja a los labios de él, se acercó hasta que sus rostros estuvieron a sólo unos pocos centímetros, y entonces comenzaron a comer al mismo tiempo. Cuando la fruta se terminó, sus labios se encontraron, y siguieron el contacto hasta que el toque se volvió un beso apasionado. Sus respiraciones se agitaron, Meliodas la estrechó fuerte por la cintura, y antes de que se diera cuenta, ya habían entrelazado sus lenguas en una danza lenta y muy dulce.

Elizabeth, mi Elizabeth... —El abrazo se hacía cada vez más apretado a cada segundo. Pronto él enterró sus dedos en la cabellera de la chica, y justo cuando su otra mano comenzaba a ser más atrevida moviéndose hacia abajo... despertó.

—¿Eh? —La alarma del celular sonaba a todo lo que daba, el sol relucía a través de las cortinas de su ventana, y el ruido de la ciudad lo llamaba a la vida. En cuanto tomó conciencia de la realidad de en dónde estaba, se ruborizó de golpe y cubrió su cara completamente avergonzado. Eso definitivamente había sido un sueño erótico, el primero en vida hasta entonces libre de perversión—. No puede ser. ¿Pero qué....?¿Cómo...? ¡Ayyy! —No cabía ninguna duda después de un repaso a su cuerpo. Eso atrapado y empujando contra sus calzoncillos era definitivamente una erección—. ¡Un baño de agua fría ya!

El pobre rubio salió disparado hacia el cuarto de servicio, completamente en shock por la forma en que había despertado esa mañana, y mareado al recordar el hecho de que ese mismo día, en pocas horas, tendría otra sesión con su bella doctora. La protagonista de su primer fantasía sexual.

*

—¡Jajajaja! —Reía escandalosamente el delgado chico pelimagenta, apresando con fuerza el volante y sin despegar sus ojos del camino al frente—. No puedo creerlo, ¡mi pequeño bebé ha tenido un sueño caliente con su terapeuta! —Se limpio una lagrimita—. Me siento feliz, estás creciendo tan rápido.

—Tsk, no sé porqué te conté al respecto si sabía bien cuál sería tu reacción. — replicó con fastidio el rubio frotando su sien.

—Por favor Meliodas, no es tan malo. ¡Al contrario, es un gran avance! Recuerda que todo esto lo hacemos por tu exitoso futuro como escritor, no más.

Letras y SexoWhere stories live. Discover now