14 Sobre comunicación y negociación

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Ya casi llegamos al final ^w^ ¡Es maravilloso recordar!

6 - Esperar con paciencia a que el otro "vuelva". 

De estar con los amigos, en una misión... de la otra vida :'D Se pertenecían mutuamente de una manera tan absoluta que, pese a todas las dificultades, sabían que al final lograrían estar juntos. Vivos o muertos, son un solo ser, dos piezas de un imán que se atrae inevitablemente, son uno solo cuando están en presencia del otro... [suspira] En fin, creo que saben de lo que hablo ^u^ ¿Tienen una historia sobre eso para mi? 

***

Meliodas no entendía lo que le pasaba. Había terminado de escribir el borrador del capítulo cinco de su novela erótica, una suave lluvia caía en su ventana, y una taza de té humeante reposaba a su lado sobre el escritorio. Una tarde perfecta. Pero se sentía como si estuviera en una dimensión alterna. ¿Cuándo?, ¿cúando fue que perdió el miedo al sexo y comenzó a desear más? Las páginas ante sus ojos estaban llenas de placer y gemidos, y aún así, reconocía plenamente que eran suyas. ¿Cuándo fue que el TOC comenzó a remitir?, ¿cuándo dejó de ser importante el tipo de fluidos que estaban sobre su cuerpo? En especial si eran... los fluidos de ella. ¿Cuándo decidió que el deseo era más fuerte que el miedo?

La doctora Elizabeth Liones le estaba cambiando la vida.

Suspiró con fuerza, apoyando la espalda en el acojinado respaldo, y soltó un largo suspiro mientras pensaba en ella. Cuando todo aquel arreglo comenzó, y desde antes, al recibir el encargo de su editorial, tenía en claro que se trataba de una investigación teórica, algo que jamás llegaría a hacer, algo que simplemente le serviría como base para hacer ficción. Y ahora todo eso se había convertido en su realidad, una realidad llena de maravillas presentes y por venir. Aunque claro, no todo era tan perfecto.

Al día siguiente tendría su nueva sesión con la médico, donde experimentaría, o al menos empezaría a hacerlo, todas las variantes de fantasías sexuales de las que fueran capaces. Y él no quería hacerlo... ¿oh sí? Se levantó de su asiento, comenzó a dar vueltas por su estudio, y giró en sus manos su botellita con alcohol desinfectante con nerviosismo. Por supuesto que quería, pero no todo, y menos después de lo que pasó durante su último encuentro.

Elizabeth por fin se estaba abriendo. De forma lenta pero segura, la doctora había empezado a abrir su corazón, y las sospechas de que eso había sido así se confirmaron con los mensajes, llamadas y notas de voz que le había dejado toda la semana. No demasiadas, nada empalagosas, pero llenas de pequeños vistazos a su alma que envolvieron su corazón en una luz que no había experimentado nunca.

"¿Cómo está señor Meliodas? Solo para recordarle que nuestra cita será un poco más tarde de lo usual, y... para agradecerle la que tuvimos. Fue como una bocanada de aire fresco".

"Señor, he leído su última revisión del escrito, y ha sido un trabajo tan maravilloso que no puedo esperar para leer más. Últimamente siempre quiero un poco más de usted".

"¡Mire señor!"

Y a continuación aparecía una foto de ella con su nueva gatita llevando un lazo rosa al cuello.

"La bebé es adorable. Estamos ansiosas por que nos venga a visitar el próximo sábado".

Su corazón dio un nuevo salto, y detuvo un poco su andar para mirar el folder beige sobre su escritorio, en el cual se hallaba el itinerario de las fantasías sexuales que realizarían durante las semanas siguientes. Sexo grupal, novedad, poder y control. Tenía muy en claro cuáles sí quería realizar con su adorada médico... pero, por otro lado, no sabía cómo plantear la explicación sobre aquellas que no. ¿Y si él estaba mal interpretando todas las señales que ella le había dado? Si no había nada más entre ellos, ¿estaría bien admitir que tenía celos?, ¿estaría bien admitir que la quería solo para él?, ¿que no soportaba la idea de alguien más tocándola?

Letras y SexoWhere stories live. Discover now