La mejor bruja || Draco Malfoy

Capítulo 64

Los mortifagos invadían la escuela, y todos nos estábamos encargando de protegerla. Mcgonagall y Flitwick eran los principales, que lanzaban hechizos protectores a Hogwarts.
Los alumnos que quedaron en la sala común de Slytherin salieron hacia el gran comedor y prometieron que iban a ayudar para detener la guerra. La orden los recibió con un poco de desconfianza, pero dándose cuenta que mientras más aliados tengan, más posibilidades de acabar con los mortifagos había.

Desafortunadamente la guerra ya tenía sus primeras víctimas, nuestro ex profesor de Defensa contra las Artes Oscuras: Remus Lupin, había sido asesinado por el mortifago Fenrir Greyback.

Fred.. Fred Weasley, imposible no recordar los momentos que vivíamos en Hogwarts, me carcome la conciencia en tan solo pensar que si pudimos ser algo. Ahora solo veía un cuerpo inerte, rodeado de una familia que había conocido el dolor en primera persona. Me encontré con mis amiga Shelly, con sus mejillas rodeadas en lágrimas, realmente apreciaba su primo.

— Lo lamento mucho, Shelly — la abracé en un intento de consolarla.

— Lo están haciendo, están matando a todos, nos quieren debilitar — murmuró — mira a mi tía Molly, está destruída. Mataron al profesor Lupin y a Tonks, sabiendo que dejaron a un niño sin padres.

— Esto no será en vano, la muerte de nadie va a ser en vano.

— Espero que no. Mantente alerta Terry, cuídate.

Le besé la mejilla — tú también, cuidense mucho, Brina y tú. Vamos a terminar con esto.

A los pocos minutos recibí una señal y llegué a la casa de los gritos, Severus Snape estaba de espalda a la ventana.

— Profesor Snape.

— Señorita Grindelwald.

— Es bueno verlo con vida — frunci el ceño — afuera está todo mal, y al parecer solo es el comienzo.

— Solo es el comienzo. Y habrá más vidas que sacrificar, incluso quizás la mía, pero lo importante es la suya.

— Lo sé, ¿Cree que va a funcionar?

— Creo que puede funcionar, y usted sola tuvo la valentía de enfrentarse al señor tenebroso sabiendo las consecuencias. Confío en usted, confiamos en usted.

Sonreí sin mostrar los dientes, no estaba arrepentida, siempre se puede cambiar el destino.

— Debo admitir que sin usted no hubiese tenido esa valentía, bueno, los dos queremos lo mismo.

— Al principio pensé que solo era una charlatana — lo miré dubitativa — luego ví su relación con Malfoy y no entendí como alguien podía volverlo tan débil. Ni siquiera su madre. Resulta que no es tan charlatana, es una gran mujer.

Me conmovió, nunca esperé que alguien como él fuera a decirme esas palabras.

— Y usted no es tan frío y despiadado como todos creemos en la primera clase de pociones, veo que si tiene corazón.

Me mostró una sonrisa, quizás no la más radiante ni la más verdadera, pero lo hizo.

—¿Harry?

— Él está bien, sé que lo está.

—¿Lo estuvo siguiendo?

Asintió como si fuera obvio — si no lo haría ¿Cómo llevaríamos a cabo esta última misión?

"Última misión" eso sonó más duro de lo que yo esperaba.

—¿Sabe algo de Draco?

— Grindelwald, deja de preocuparte por él. Parece que olvidaste que hiciste un juramento inquebrantable para su presentación.

— No sé de qué es capaz el señor tenebroso.

— No es tan idiota para romperlo, morirá.

Un sonido aturdidor sonó afuera, con Snape nos miramos y salimos para ver de qué se trataba, Voldemort había dejado un mensaje desde el cielo.

"La guerra se detendrá un par de horas, si en mi regreso Potter no se entrega, yo mismo entraré en la batalla"

Los mortifagos se dispersaron, muchos desaparecieron dejando una nube negra, observé desde una ventana del castillo a Mcgonagall observando todo.

—¿Cree que Harry va a entregarse?

Negó — Creo que el señor tenebroso tendrá que entrar en combate, Potter no va a entregarse. El niño que vivió no hará eso.

— Al final siempre tuvo empatía por él.

— No es empatía, es protección. Hay muchas cosas que nadie debería saber, pero le debo a Potter la protección que me dió su madre cuando era un adolescente.

Faltaba menos, solo quedaba la peor parte para que termine, pero lo haríamos cueste lo que cueste.