Capítulo 46

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— Invadieron Hogwarts — fue lo único que dije, con mi varita en mano — Pronto vendrán por usted.

— Lo sé Mistery, estoy al tanto.

— Entonces — respiré hondo conteniendo mi nerviosismo y mi rabia — ¿Ya sabe la misión que el señor tenebroso le mandó a Draco Malfoy?

Dejó de mirarme y volvió al ventanal, concentrándose en vaya a saber qué.

— La lealtad para Voldemort es lo más importante, Lucius Malfoy falló y ahora su hijo está pagando las consecuencias.

Escuché atentamente lo queda decía, no entendía como estaba tan tranquilo. O quizás si lo entendía... Y me estaba haciendo la tonta.

—¿Entonces no hará nada? ¿Solo va a dejar que un alumno venga y lo mate?

No contestó nada, su silencio fue una respuesta para mí.

— Mi abuelo tenía razón, va a dejar que lo maten porque ya sabe que va a morir.

Al parecer el nombre incosciente de Gellert Grindelwald provocó reacción en él.

— Tu abuelo tiene razón en muchas cosas, pero si hay algo que precisamente no usó durante sus años doradas fue la razón.

— Yo lo entiendo perfecto, su plan es lastimar eternamente la consciencia  de un muchacho, es un egoísta.

— No es así.

— Draco tiene mucho que perder al hacer esta mision — Alcé mi varita y lo apunte, aprovechando que él estaba en una situación vulnerable porque la varita de sauco seguía en el piso — pero yo no.

En ese momento un grupo de personas apareció mediante un humo negro, por el rabillo del ojo me pareció reconocer a la tía de Draco, Bellatrix Lestrange. Y detrás de ella a Draco.

— No eres capaz de hacer algo así, Mistery.

— ¿Ah no? — me fui acercando a él — Sigue mintiendome profesor Dumbledore, no va a decirme que es la primera vez que conoce a un estudiante que parece inofensivo pero es capaz de todo.

— ¿A qué se refiere? — y seguía manteniendo su cordura mientras mi varita estaba cada vez más cerca de él y los mortifagos nos aprisionaban aún más, sin interrumpir la escena.

Sonreí  — ¿ Entonces vas decirme que cuando conociste a Gellert Grindelwald en sus años como estudiante parecía capaz de cometer todos los crímenes que cometió?

— Él no pudo huir de su destino, tú estás a tiempo de hacerlo. Estoy seguro que él no quiere esto para ti, todos tenemos una debilidad.

— Profesor Dumbledore... ¿Acaso cree que Grindelwald va a lamentar su partida? — pregunté con burla — Avada Ked...

— Grindelwald — Una voz potente y autoritaria sonó detrás de mi, bajé mi varita. Severus Snape se acercó a nosotros y se puso frente a él. — es mejor que salgas de aquí.

—No —intervino uno de los mortífagos por primera vez, quizás sabiendo las intenciones de Snape— Tenemos órdenes. Tiene que hacerlo Draco. ¡Ahora, Draco, y deprisa!

Draco pareció reaccionar de pronto. Por primera vez cruzamos miradas. Miraba fijamente a Dumbledore,y luegoa mi, pero el terror se reflejaba en su cara, el director de Hogwarts, más pálido que nunca, había ido resbalando por el muro casi hasta quedar sentado en el suelo.
Draco levantó su varita, pero su mano temblaba tanto que era incapaz de pronunciar cualquier hechizo.

—¡Ahora Draco, es el momento! — gritó Bellatrix Lestrange. Yo fui retrocediendo hasta quedar lejos de la escena.

— Severus... — suplicó Dumbledore.

Lo estaba suplicando, se lo estaba pidiendo.

—Por favor… Severus…

Snape levantó la varita y apuntó directamente a Dumbledore.

—¡Avada Kedavra!

Un rayo de luz verde salió de la punta de la varita y golpeó al director en medio del pecho. Me vi obligada a
ver cómo Dumbledore saltaba por los aires. El anciano quedó suspendido unamilésima de segundo bajo la reluciente Marca Tenebrosa; luego se precipitó mentamente como un gran muñeco de trapo, cayó al otro lado de las almenas y se perdió de vista.

Albus Dumbledore estaba muerto, Snape lo había matado. Y yo había estado apunto de hacerlo, no por Draco, sino cegada por un odio inmenso y por la venganza que mi familia necesitaba.
Cegada por el espíritu de mi abuelo.

La mejor bruja || Draco MalfoyDonde viven las historias. Descúbrelo ahora