Capítulo 48

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Una figura con una túnica negra apareció frente a mi, no me dejaba verlo de frente.

— Mistery Grindelwald, hace mucho tiempo que esperaba este encuentro.

—¿Quién es usted? ¿Cómo está aquí?

— Bueno — se dió vuelta finalmente mostrando su verdadera identidad, era una persona humana pero con la terrorífica facción de una serpiente — No estoy tan cerca tuyo como lo quisiera estar.

—¿Lord Voldemort?

— Es muy valiente de tu parte, lo que has echo me hace dudar de por qué no tengo a alguien tan fuerte como tú en mis tropas.

Agaché mi cabeza —  Eso que pasó fue un error, estoy arrepentida y nunca volvería a hacerlo.

—¿Quisiste convertirte en una heroína, hm? Lo hiciste por Draco.

— Lo hice por mi abuelo — dije mirándolo a los fríos ojos — pero no lo volvería a hacer, y no entiendo porque me quiere.

— Bueno, en principio porque el poder corre por tus venas. ¿No te parece una buena razón?

No contesté nada.

— Hagamos un trato, jóven Grindelwald. Te unes a mis filas, me ayudas a conseguir el poder absoluto y tendrás la vida que tanto deseas, toda tu familia la tendrá.

Una nube negra nos invadió, haciendo que la figura de Voldemort desaparezca. A unos metros mío ví una imagen, o mejor dicho una escena.

— Es..

Draco se acercaba a mi y me besaba, tenía el cabello largo y un impecable traje negro: Lucía casi como su padre.
Me tomó de la mano y la besó dulcemente, cuando creía que todo no podía ser más perfecto dos niños idénticos a Draco se acercaron corriendo a nosotros.

—¡Mamá! ¡Papá!

Cuando quise reaccionar, nuevamente el humo negro esfumó cada imagen y la convirtió en algo horrible, algo imposible de ver.

— Solo un final feliz para todos.

La voz de Voldemort sonó y pude reconocer que estaba detrás de mi.

— Mi objetivo no es tan distinto que el de tu abuelo, solo quiero un mundo feliz y lleno de poder en dónde se extinga la raza de sangre impura.

— Yo no...

Estaba mal, todo estaba más que mal. Pero por alguna razón mi cabeza seguía repitiendo la escena de Draco, los pequeños y yo. ¿Y si en otra vida éramos felices, pero en esta yo los perdía?

— Piensa que tan feliz eras en la visión que te mostré, ¿No quisieras eso para toda tu vida?

— Si — contesté paralizada, sin parpadear.

El humo volvió a aparecer, pero esta vez un humo blanco que creó la figura de la marca tenebrosa, yo ya la conocía perfectamente por verla siempre en el brazo de Draco.

— No tendrás nada sin mí — su voz sonó como un susurro cada vez más lejos — nada, y él — una visión de Draco hablando conmigo y sonriendo apareció frente a nosotros — tampoco.

Me desperté de golpe, estaba sudando a mares y por alguna razón me ardía el antebrazo izquierdo. Miré si había algo pero nada, solo un rojo intenso.

Solté un grito de dolor y las primeras lágrimas salieron sin control, lloré mucho, y por primera vez no solo lloré por mi, sino que también por todos.

Jesse entró corriendo preocupado —¿Que tienes? ¿Estás enferma.

Puso su mano en mi frente y frunció el entrecejo — Por Merlin Terry, estás hirviendo en fiebre.

— N-no, Voldemort.

—¿Qué dices?

— Draco — balbucee temblando — Dumbledore.

— Creo que está delirando — dijo mi madre, que no se en qué momento entró a mi habitación.

— Debo volver — tomé a mi hermano de la chaqueta — debo volver, llévame.

— Terry, tranquila, no entiendo nada de lo que dices.

— Jesse, quédate aquí con ella, llamaré al medimago.




La mejor bruja || Draco MalfoyWhere stories live. Discover now