La mejor bruja || Draco Malfoy

Capítulo 23

— Sigo odiando las apariciones.

Theo me esperaba en el centro de la chimenea y sonreía. Se acercó y me besó cortamente la mejilla.

— Te extrañé durante estos días, solo para que lo sepas. Ni siquiera fuiste capaz de enviarme una carta.

Rodé los ojos — Theo, literalmente nos vimos hace tres semanas, estás siendo dramático.

—¿No puedo extrañar a mi mejor amiga de todo el mundo mágico?

Pero yo también lo extrañaba, durante mis crisis en Hogwarts él era mi gran sostén emocional, y durante las últimas semanas mi vida estuvo bastante caótica; necesitaba a Theo.

—¿Tus padres están en casa?

— Claro que no, están de vacaciones en Francia. Tendremos esta hermosa mansión para nosotros solos, y bueno.. planeé una fiesta para los alumnos de Slytherin.

Hice una mueca —¿Draco vendrá?

Al parecer mi pregunta lo sorprendió — Bueno, es mi amigo y es Slytherin. Lo invité.

Dejé mi pequeño equipaje de unos días.

—¿Algo anda mal con Draco? Bueno, sé que ustedes dos no tienen la mejor relación del mundo.

Me mordí el labio. ¿Lo digo o no lo digo?

— En realidad Theo — suspiré abatida, ya no tenía nada más que ocultarle, si no se lo contaba yo muy probablemente se lo contaría él — Si hay algo de lo que debemos hablar.

Parece que rápidamente captó mi seriedad y asintió — Podemos ir a mi habitación entonces.

Llegamos a su habitación y me senté en el borde de la cama, respiré hondo y solo hablé.

— Durante el último año con Draco nos estuvimos... Bueno, ya sabes... Acostando.

No parpadeó, pero tampoco pareció sorprenderle, decidí que lo mejor sería continuar mi relato.

— Si bien nos acostamos y teníamos una excelente relación durante el sexo, él comenzó a ignorarme y no sé.. hice lo mismo.
Pero cuando empezaron las vacaciones me escribió una carta para que vaya a visitarlo, la quemé.

—¿Y fue hasta tu casa pidiendo una explicación de por qué nunca apareciste? — preguntó de golpe casi dejándome sin respirar.

—¿C-como lo sabes?

Soltó una carcajada — es típico de Draco Lucius Malfoy. Él tiene este tipo de acciones cuando se da cuenta de que está haciendo las cosas mal.

—¿Theo, estuve mal?

— En lo único que estuviste mal es en no haber contado antes que esto estaba sucediendo entre ustedes dos. Éramos amigos.

— Lo seguimos siendo, pero no sé, no entiendo que me pasa — apoyé mis codos sobre mis rodillas, Theo se sentó a mi lado — siempre sentí rencor hacia él, y ahora..

— Está bien Terry, no necesito que me lo expliques. Pero no sé si lo mejor es enamorarte de alguien como él.

—¿Por qué? — la pregunta salió de mi boca sin que yo la formulara.

— Creo que debería decírtelo porque de alguna forma ya estás involucrada. Muy probablemente el padre de Draco lo obligue a alistarse a los mortífagos.

Mortífagos.
Mortífagos.

Sonó como un tambor molesto en mi cabeza, tuve demasiados sentimientos encontrados.

— Si no lo hizo ya — agregó.

— Eso es horrible — dije mirando a mi amigo — es espantoso, ¿Por qué alguien haría eso por su hijo?

— Porque muchos están cegados por la idea del poder  y obtenerlo, mis padres lo están. La mayoría de los alumnos que pertenecen a Slytherin viven la misma situación.

No era mi caso, y estaba agradecida, a pesar de tener cosas peores.

—¿Y por eso debería ignorar a Draco? ¿Por algo que lo obligan a hacer? Ahora me siento peor que antes Theo, gracias.

Me dedicó una sonrisa culposa — Te pediría que no digas nada sobre esto, supuestamente nadie lo debe saber.

— No diré nada — juré.

La puerta de la habitación de Theo se abrió de par en par logrando asustarme. Blaise estaba con solo una toalla alrededor de su cintura y con agua goteando por su cuerpo.

— Tu piscina es increíble Theo yo... Oh, hola Terry! Había olvidado que venías hoy.

— Sí, creo que yo también olvide que estarías aquí. — reí nerviosa, algo del cuerpo desnudo de los chicos me ponía muy nerviosa.

— Está bien hermano — Theo le palmo el hombro — Ve a cambiarte, estás intimidando a mi invitada.

— Lo siento mucho Terry, no le digas nada a Draco de esta situación. Creo que se pondrá muy celoso.

Con Theo nos miramos aterrados.