Capítulo 38

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— No creo que usted quiera tener problemas por estar escuchando conversaciones ajenas.

— En mi defensa, profesor Snape, no escuché ni una palabra de lo que Draco le dijo. — miré hacia todos lados y suspiré — Estoy preocupada por Draco.

— ¿Y qué? ¿Se supone que ahora soy un asesor de relaciones amorosas? Señorita Purefoy, lo mejor que puede hacer en estos momentos es ocuparse de otros asuntos, de sus estudios por ejemplo.

— Sé lo de Dumbledore — solté, él ni siquiera sé inmutó — y sé lo mal que lo está pasando Draco, y me bastó con ver cómo él estaba enojado con usted por algún motivo.

Porque usted también es uno de ellos, quise agregar, pero no me atreví. Al fin y al cabo Snape seguía siendo profesor y jefe de nuestra casa.

— Draco es demasiado terco — murmuró derrotado con los dientes apretados — no se deja ayudar y su madre está preocupada.

Estaba en lo cierto, me sentí mal porque si no se dejaba ayudar con Snape que era en quien más confiaba aquí dentro, no se dejaría ayudar con nadie.

— Últimamente lo veo más distante que de costumbre, hasta el punto que me preocupa.

— El señor tenebroso... Le envío otra misión, muy complicada, que no está pudiendo lograr. Eso lo mantiene ocupado y no deja que yo lo ayude.

Mi cabeza se mantuvo baja por unos momentos, pensando en lo que serio que resultaba ser esto.

— Entonces.. la misión de Dumbledore se llevará a cabo pronto.

No contestó, simplemente me miró con algo de desconfianza y negó varias veces.

— Será mejor que vuelva a su sala común, antes de que alguien pueda escuchar esto.

Supe que hoy había superado mi límite de confianza con Snape, no insistí y di media vuelta para retomar mi camino.

— Señorita Purefoy...

—¿Si?

— No voy a abandonar a Draco, si puedo evitar que él haga lo que tiene que haber, lo haré.

Eso me dejó tranquila, muy tranquila y al mismo tiempo llena de nervios, iba a ser lo que tenga que hacer.

— Solo una persona intentó matar a Dumbledore hace muchos años. ¿Sabes de quién hablo? — preguntó nuevamente, interrumpiendo mi camino hacia la sala común.

— Si, lo sé. Mi abuelo lo hizo, Gellert Grindelwald.

— Su poder era inimaginable, pero nunca nadie va a hablar de él porque todo lo que hizo fue en beneficio propio, dejó que su narcisismo le gane.

— Lo sé.

— Draco no lo hará en beneficio propio, el señor tenebroso amenazó con matarlo a él y a su familia.

Me quedé muda, eso no lo había hablado con Draco. Quizás lo omitió para ocultar el dolor que le producía, desde que somos novios sé el vínculo que tiene con su madre.

—Por supuesto que sé que Draco no lo haría en beneficio propio, él está afectado, está...

— Señorita Purefoy, tenga cuidado con lo que hace. Es lo único que quiero advertirle, la estaré vigilando.

Y se fue sin decir nada más, me quedé parada en el medio del pasillo en silencio, el sonido del viento golpeando contra las ventanas me asustó.
Una brisa helada entró haciendo que me cubra con mi capa, miré hacia el cielo oscuro, el invierno había llegado.

La mejor bruja || Draco MalfoyDonde viven las historias. Descúbrelo ahora