La mejor bruja || Draco Malfoy

Capítulo 34

— Entonces tarea de pociones, de transformaciones y... creo que Snape no mandó nada.

— Una monografía para el viernes — agregué dándole la peor de las noticias a Sabrina.

— Murciélago asqueroso.

— Brina — advertí.

Esta semana había sido un infierno en cuanto clases, exámenes, largos pergaminos de tareas y todos los alumnos cargaban un mal humor que era demasiado notable.
No solo estábamos estudiando como si tuviesemos exámenes cada día, sino que las clases en si mismas se habían vuelto más demandantes que nunca.

— Hoy haremos una de las pociones más importantes de su sexto año, la poción Amortentia — anunció Slughorn.

Todos sabíamos que cualquier persona que caiga bajo ese hechizo estaría condenado a una obsesión profunda.

— Por supuesto, la Amortentia no crea amor — continuó el profesor —  Es imposible crear o imitar el amor. Sólo produce un intenso encaprichamiento, una obsesión. Probablemente sea la poción más peligrosa y poderosa de todas las que hay en esta sala.

Creo que muchos estábamos interesados en el efecto de ese pequeño frasco.

— Pero claro está que hoy no pretendemos hechizar a nadie, lo que hace interesante a esta poción es que tiene un olor particular.

La siguiente consigna de Slughorn fue asignar grupos para preparar la poción. El proceso no fue difícil, a mí me tocó prepararla con Blaise, Theo, Draco y Shelly.

— ¡Ya dinos Shelly!

Ella se puso nerviosa y se empezó a sonrojar, por mi parte temí que haya causado algún efecto secundario inesperado en ello.

— Bueno yo huelo.. ¿Café? Y un perfume muy particular que ciertamente olí alguna vez.

Entonces si funcionaba, bastaba con ver la reacción de la pelirroja.

Blaise se acercó a la poción y olió — bueno pero yo no entiendo que significa esto de oler algo en particular. Cómo sea, vainilla y perfume de rosas es lo que yo huelo.

— No seas tonto Zabini — habló Draco rodando los ojos — se supone que ese olor petenece a alguien que te gusta.

— Oh, entonces es interesante. Y tú, príncipe del drama. ¿Qué hueles en tu poción?

Draco se acercó con desinterés y estuvo unos segundos descifrando, quizás, el olor.

— Té en hebras, limón y jazmines — dijo sin vacilar y muy serio — huele a Terry.

Me sonroje a más no poder, quizás para muchos no significaba nada, pero yo no podía estar más feliz de que confiese sus sentimientos delante de los demás, de una forma fría. Pero lo hacía.

— Esto si se pone interesante — dijo Theo con una sonrisa juguetona y frotandose las manos. — Miss Purefoy, creo que te toca.

No fue difícil para mí, no tuve que dudar porque desde que me acerqué los tres olores chocaron contra mis fosas nasales.

— Gel para cabello, menta, y el aceite para escobas que usa el equipo de Slytherin.

Mire rápidamente a Draco, me regaló una leve sonrisa cómplice.

— Bien, no hace falta decir que se está a refiriendo a Draco ¿No? — preguntó Blaise preocupado — porque estoy agobiado de sentir tanta tensión sexual en un mismo espacio.

— Cállate Blaise.

La clase terminó con muchos sentimientos encontrados, Draco me tomó de la mano cuando salimos, nuestros dedos se entrelazaron.

—Draco, yo creo que deberíamos hablar de algo. Necesito decirte algo.

El agarre de su mano se hizo más fuerte, repetí la acción para que se sienta seguro.

—¿Todo está bien?

— Por supuesto pero, me gustaría contarte algo que me atormenta cada noche y no puedo seguir ocultandolo.

—¿Al fin vas a revelarme porque usas el apellido de tu madre en vez de el de tu padre?

Frené de golpe.