Capítulo 20

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Hoy resultó ser el castigo que Umbridge le impuso a el ejército de Dumbledore bajo la acusación de "Asociación ilícita". Nunca había apreciado un castigo de esta maldita bruja, la única vez que estuve a punto Draco me salvó.

Draco...  Nuestra relación estaba rara, pero al fin y al cabo no podía esperar nada de él. De momento se pone más que cariñoso, al punto de que nuestros amigos sospechan y luego ni siquiera me dirige la mirada durante todo el día.

Me quejé en voz baja, Shelly me miró con una mueca de dolor. Pensé en que estoy debería ser ilegal.
El castigo consistía en escribir cien veces la frase "No debo atenar contra la suma inquisidores de Hogwarts", yo iba por la frase número diez escrita y ya me dolía todo.

— Sapo rosa idiota — murmuré en voz baja procurando que no me oiga, parecía un halcón controlando todo desde ahí arriba.

Seguimos con la tortura hasta que una pequeña explosión retumbó fuera de la sala común, todos intentamos ver qué sucedía. Esto parecía alertar a Umbridge porque salió a ver si había alguien.

Sonrió con suficiencia mirándonos — Sigan con lo suyo, tenemos mucho tiempo por delante.

Su sonrisa era con maldad, y tenía el presentimiento de que todos queríamos lo mismo, quitarle esa estúpida sonrisa de su rostro.

Pero a los pocos minutos,casi sin dejarla reaccionar, algo sucedió. Un pequeño fuego artificial llegó a dónde ella estaba y explotó.

Pronto no fue un solo fuego artificial, sino muchos. Todos estábamos confundidos para bien.
Los gemelos Weasley entraron con sus escobas y volaron todas las hojas, lanzando fuegos artificiales.

Shelly y Sabrina me tomaron de la mano y salimos de la sala común gritando felices. Podía decir que este era el mejor momento de mi año, los gemelos habían hecho su última travesura y Umbridge estaba acabada.

— Todavía puedo ver su cara cuando ese dragón enorme de fuegos artificiales la seguía — dije entre carcajadas.

Corrimos hacia la parte externa de Hogwarts, todos los alumnos que no estaban en el castigo habían llegado y festejaban el espectáculo que habían formado los gemelos.

— Draco — grité viéndolo caminar hacia mi dirección.

Su cara mostraba el absoluto desacuerdo —¿Qué es todo esto?

— Ya ves, un espectáculo de fuegos artificiales. Vamos, debes admitir que es divertido.

— No lo sé — contestó con una ceja alzada.

— ¡Es increíble Draco! Humillaron a la Umbridge delante de todos, no creo que vuelva.

Nos apartamos del resto a un pequeño rincón y apreciamos las luces que explotaban en el cielo.

—¿Te duele? — cuestionó mirando la pequeña herida que había provocado el castigo — podemos entrar a curarte.

— Está bien, estoy bien, estás muy equivocado si piensas que me iré.

— Testaruda — farfulló.

Sonreí y lo tomé del cuello de la camisa, lo besé rápidamente y nos detuvo un fuego artificial que explotó enfrente nuestro. Lo que quedaba era la silueta de nuestro beso como una copia, estallando en brillos.

— Eso fue estúpido Terry.

— ¿Por qué? Yo creo que sí te puedo besar en privado puedo besarte en público también. Por favor Draco,no hagas drama, nadie nos vio, todos están ocupados con eso.

Se encogió de hombros.

— ¿Te gustan?

— ¿Hm?

— Las luces estallando frente a ti, el revuelo que causan. ¿Te gustan, Purefoy?

Lo miré intentando analizar lo que me estaba preguntando.

— Bueno si, creo que sí me gustan. Me encantan. ¿A ti?

— No, las repugno. Siempre me horrorizaron.

Solté una carcajada inconsciente, no esperaba otra respuesta de su parte, éramos tan distintos.

La mejor bruja || Draco MalfoyOù les histoires vivent. Découvrez maintenant