Capítulo 40

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Todos sabían en Hogwarts sobre el incidente con Katie Bell ella estaba en San Mungo ahora, y realmente estaba grave. Había tocado un objeto maldito que casi la lleva a la muerte.
El problema giraba en torno a qué todos sospechaban de Draco, o mejor dicho, toda la casa de gryffindor sospechaba de él gracias a qué Potter había esparcido el rumor.

No podía confirmarlo, no podía decir nada porque desde ese entonces no volví a hablar con mi novio. Él no quería hacerlo, y por más que resulte raro, yo iba a dejarlo tener su propio espacio. Snape tenía mucha razón en algo, había cosas que no me incumbian y cosas que jamás comprendería, que la familia de Draco permita destrozar emocionalmente la vida de su hijo solo por lealtad era una de ellas.

— Ammm, Terry.

Shelly me señaló hacia la entrada del Gran comedor, Draco estaba ahí, como buscando algo. Toda, absolutamente toda la mesa de los leones se enfocó en su llegada.

—¿Que estará buscando? — me pregunté a mí misma.

No llegué a parpadear que él desapareció de nuestra visión, desde lejos ví que caminaba rápido hacia los pasillos.

—¿No hablaras con él? — preguntó Theo — está insoportable, era mi amigo pero...

— Lo sigue siendo Theo, solo que bueno, está estresado estos días y es mejor darle su espacio.

— Lo mejor para nuestra vida — dijo medio riendo — siento que cada vez que hablamos está al borde de lanzarme un crucio.

Sabrina se sentó en la mesa y dejó una pila de libros de herbologia.

— Mi exámen es en dos días y la profesora Sprout mandó una cantidad de bibliografía horrible. ¿Me perdí de algo?

— Nada nuevo.

Alzó su cabeza y enfocó su vista en la mesa de los leones, soltó una maldición y tomó uno de los libros.

— Si, pero me perdí de la imágen matutina de Potter. En fin, es mi culpa por tardar tanto tiempo en la biblioteca.

— Hace un segundo estaba al lado de Granger — dije confundida — ¿O solo yo lo ví?

— Probablemente ya se fue a hacer cosas más interesantes que estar aquí perdiendo el tiempo como yo estudiando herbologia — contestó la castaña de mal humor.

Pero yo tenía mis dudas, porque fue el primero en ver la presencia de Draco.

*

Buscaba al rubio por todo Hogwarts, no estaba en la habitación, no estaba en la sala común, y ni siquiera sus gorilas Crabbe y Goyle lo habían visto.
Llegué al tercer piso con pocas esperanzas, en la entrada me encontré con probablemente la chica fantasma más insoportable que habitaba en Hogwarts: Myrtle la llorona.

— Mistery, Mistery, Mistery — canturreo mi nombre con recelo — ¿Vienes a llorar también?

— Solo pasaba Myrtle, no quiero que me molestes.

Se puso frente a mi prácticamente atravesando mi cuerpo.

— Pensé que vendrías por tu novio — dijo con voz tierna — y llorarian juntos, hasta la maldita eternidad.

Enarque mis cejas —¿De que estás hablando?

— Draco Malfoy, él es sensible, la gente lo intimida también, y él se siente solo y no tiene a nadie con quien hablar, ¡y él no tiene miedo de mostrar sus sentimientos y llorar!

Terminó su monólogo con falsas lágrimas, la miré sin parpadear.

—¿Él está en el baño?

Asintió con una sonrisa maligna — pero te lo advierto, Mistery, él no se encuentra solo.

Desapareció esfumandose por las ruinas del tercer piso. Ante esa última declaración pensé lo peor, y mi entrada al baño fue peor que eso.
Estaba inundado, el agua llegaba a la entrada y me odie por no haberlo visto antes.

¿Que rayos estaba sucediendo? No.. Draco estaba tirado en el suelo, de su camisa blanca brotaba sangre. Casi resbalo intentando llegar a él.

— Draco, por Merlin, esto se ve horrible.

Caí en la desesperación, yo no sabía ningún hechizo sanador que pueda ayudarlo. Fue en ese momento que levanté mi cabeza y encontré al que, en primer instinto, era responsable de todo esto. Harry Potter, sus ojos estaban caídos en el cuerpo de Draco.

— ¿Por qué lo hiciste?

— No yo no... No quise hacerlo, él.. solo fue una discusión maldita sea — dijo frotando sus manos.

Escuché el chapoteo proveniente de la entrada, el profesor Snape vió preocupado la situación y se acercó a mi. Agradecí tanto que esté en estos momentos y más cuando ví que sacó su varita y comenzó a susurrar hechizos que fueron cerrando la herida de Draco.

Mi mano por lo pronto nunca se separó de la de él y pensaba en el mal que implicaba este enfrentamiento con Potter, creí que muy probablemente él ya sabía que Draco era mortífago y por eso lo enfrentó en el baño.

— Estará bien — susurró Snape cuando, después de minutos eternos, terminó. — tenemos que llevarlo a la enfermería. Potter, luego hablaremos en mi despacho.

La mejor bruja || Draco MalfoyWhere stories live. Discover now