LO QUE ÉL NO TE DIO (Romance y tragedia)

Capítulo 1 (Parte 1)

Ya disponible en Spotify la lista de canciones mencionadas, e inspiradas en los personajes: 

Era la segunda parte de la noche cuando me encontraba tomando un pequeño descanso en la cocina. Después de tanto tocar las teclas pesadas del piano, y de tratar de encontrar la secuencia de acordes perfecta, mis dedos habían comenzado a palpitar, y mi mente a distorsionar la afinación de las notas.

Soy productor musical, y esa vez intentaba hacer la canción que me había encargado una plataforma de video. Pero, en el rato que estuve frente al piano, no logré encontrar ni una simple idea para ella; que, por cierto, debía ser perfecta; porque era para una nueva serie que, al parecer, tendría tanta popularidad como «Friends» en sus mejores años. Y un proyecto así de icónico necesitaría una canción en la introducción igual de icónica. Eso había dicho el director de la plataforma en la junta. Que, incluso, horas después llamó para, creo yo, asegurarse de que lo hubiéramos entendido.

«¿Bueno, señorita? Sí, por favor recuérdele a Ale que la serie será ¡todo un éxito! Y que confiamos en él para que su canción impulse nuestra mercadotecnia. Será su culpa si nos va bien o no, je, je». —le había dicho a mi secretaria.

Era usual para mí escuchar ese tipo de comentarios. Y me desagradaba bastante, porque parecía que de mí dependía que los proyectos de los demás tuvieran éxito. Incluso una vez, el director de otra plataforma dijo que su nueva película había fracaso porque la canción que hice para él no estaba recibiendo el apoyo en redes sociales que esperaba. ¿Tenía sentido reclamarle al productor musical, en vez de enfocarse en tener una buena publicidad, o, más bien, una buena película?

Había preparado café, y, hasta el momento en el que vi mi reflejo en la máquina, mi mente estaba en blanco. Pero, el estrés y la humedad arrojada a la campana hizo que recordara a Ruby; caí en la cuenta de que se hubiera vuelto loca al ver que no coloqué el extractor de humedad. Cada que abría una bolsa de granos me acordaba de ella. Que fue quien me orilló a sustituir las bebidas energéticas por café.

No era la mejor noche para acordarme de Ruby, pero fue inevitable; no tenía ni el inicio del proyecto, y recordé que ella (desde mis inicios) siempre me apoyó con mi carrera. Incluso a veces, cuando terminaba una canción, pero no estaba muy seguro de que fuese buena, me daba su opinión (que regularmente era buena, y quiero creer que sincera), y eso me devolvía la confianza.

Pensaba que, si ella hubiera estado, justo cuando consideraba servirme otra taza de café, me habría tranquilizado, me habría dicho que haría un trabajo excelente y que confiaba en mí. Y entonces, los nervios y la ansiedad habrían desaparecido, dejaría de pensar en tonterías y me pondría manos a la obra. Pero... ella ya no estaba, así qué, ¿qué sentido tenía ponerse a fantasear?

Me serví esa última taza. Estuve a punto de tomármela de un jalón para volver al piano a seguir intentando. Pero, cuando volteé hacia la puerta del estudio, asimilé que sería inútil. Si lo había sido antes lo sería ahora. Opté por descansar un poco más. Eché otra mirada a la cafetera, que daba sus últimos golpes de vapor, tomé mis cigarros y encendedor de la barra, y fui al elevador; la azotea era mi destino.