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Un rayo de sol traspasa el polarizado del auto, golpeando de lleno la nariz de Harry.

El calor, sumado al polvillo, hacen que la alergia desespere sus fosas nasales y lo obligan a estornudar.

Sin embargo, por más que quisiera hacerlo, le es imposible mover del pecho para abajo porque tiene a cierto cantante de rock aplastándolo contra el asiento del auto que aún sigue moviéndose.

Harry cree que los ha transportado durante toda la noche. Probablemente lo haya hecho.

Su pecho sube y baja lentamente, respirando a través de sus fosas nasales. El aroma embriagante del cabello de Louis lo vuelve completamente loco.

Lentamente, levanta una de sus manos y la apoya sobre la cabeza de Louis. Las yemas de sus dedos acarician suavemente el cuero cabelludo de Louis.

Louis se queja entre sueños, murmurando un gruñido al mismo tiempo que sus brazos se aprietan alrededor del cuerpo de Harry.

Harry no dice nada, simplemente levanta sus brazos en alto, apoyándolos contra la ventanilla con el pensamiento que sus cariños desataron una respuesta involuntaria en el cuerpo de Louis.

Por un momento, su mirada se pierde en las facciones de Louis. Su mejilla está aplastada contra su pecho, subiendo y bajando a medida que Harry respira. Sus preciosos ojos azules se encuentran ocultos tras párpados cerrados de la manera más pacífica que existe, con sus pestañas acariciando sus maravillosos pómulos.

Su dulce nariz es una distracción del afuera.

Louis aún está desnudo desde anoche, así que Harry puede hundirse en la forma curva de su cintura, acabando en una pequeña cadera. La espalda de Louis está completamente marcada, llena de arañazos y alguna que otra marca de uñas.

El rubor sube a las mejillas de Harry cuando recuerda la manera en la que, después que Louis lo cojiera como si estuviera enojado con él, le hizo el amor suavemente, mirándolo a los ojos y buscando sus labios para besarlo de la misma manera, con sus lenguas danzando un rock lento, pegadizo.

Harry suspira cuando llega hacia sus piernas, notando que su pantalón oscuro aún le cubre la piel, al igual que la noche anterior.

Una de las manos de Louis acaricia el costado del cuerpo de Harry, subiendo desde sus caderas, arrastrándose por sus costillas. Las yemas de sus dedos se sienten como plumas sobre la piel de Harry, mimando cada espacio de su abdomen para luego subir por su cuello.

Su mano acuna la mejilla de Harry. Su pulgar alcanza el pómulo filoso de Harry.

—Buen día —Louis susurra. Se ha vuelto una rutina desde la primera vez que durmieron juntos.

Su voz grave entra como si fueran ondas por el canal auditivo de Harry, alcanzando su máximo punto cuando le provocan un escalofrío que le eriza cada uno de los vellos.

Cierra los ojos ante la expansión del sentido, permitiéndose naufragar a través de las olas salvajes que se generan en su estómago al escuchar a Louis hablándole así. Sabe que es sólo para él, que ninguna otra persona ha sido capaz de presenciar lo que él está viviendo.

¡Dios! El calor sube a su pecho y se instala en él como si fuera una enorme llamarada de fuego. Le calienta el corazón y le provoca una aceleración en sus latidos.

Louis lo vuelve completamente loco, y aún no sabe por qué.

O quizás sí, pero aún no está listo para aceptar que Louis ha logrado lo que nadie nunca antes había podido; enamorarlo.

—Buen día —Harry responde. Una sonrisa cansada se estira en su rostro.

Louis piensa que nunca ha sido tan afortunado como para ver tal obra de arte. Está más que seguro que ninguna de todas esas pinturas del museo de arte en Philadelphia se comparan con las pequeñas ojeras bajo los ojos verdes de Harry, con la manera en la que sus hoyuelos se marcan en sus mejillas, e incluso con el brillo de sus orbes verdes que alumbrarían una ciudad completa.

Physical [L.S] ✔Where stories live. Discover now