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La luz fría del cubículo metálico ilumina por completo el rostro de los miembros de la boyband más famosa de los 80's.

Para Harry, no hay nada más sexy que la mandíbula marcada de Louis, incluso los huesos que se marcan a la altura de sus pómulos cuando presiona sus dientes.

Una gota de sudor rueda por la sien de Louis, cayendo lentamente por su mejilla hasta terminar en el hueso sobresaliente de su clavícula. Entre sus pectorales descubiertos, miles de aquellas gotas perlan su piel acaramelada.

Se siente surreal, como si estuviera en un sueño húmedo. Demasiado, a decir verdad.

Harry no sabe si es por la época del año, aunque lo duda, pero hace un calor infernal, tanto que podría derretir a una ciudad entera.

Con dificultad, traga una buena cantidad de saliva. No sabe en qué instante se le ha acumulado de esa forma.

Quizás en el tiempo que estuvo perdidamente observando a Louis.

Se pierde en la manera en la que sus labios se separan para hablar, diciendo alguna frase importante sobre el show, o de cualquier cosa que pueda hablar el líder de una banda famosa.

A Harry no le interesa, incluso ni siquiera llega a oír lo que dicen. Demasiado perdido en su mundo de fantasía gay como para prestarle atención a algo que para él son puras incoherencias.

—Entonces, ¿qué opinás al respecto, Harry?

Escuchar su nombre en esa voz gruesa y rasposa es lo que lo obliga a levantar la vista de los labios de Louis para llevarla a sus ojos azules.

Esos condenados, seductores y magníficos ojos azules.

¿Por dónde empezar a describir a un par de gemas como esas?

Desde sus pupilas negras hasta las betas más claras que se dispersan entre lo azulado de sus iris, incluso el brillo innato que aparece en ellos cada vez que se encuentran con los verdes de Harry.

El silencio reina en el ascensor por unos instantes. La música tenue es lo único que permite que Harry no se estrelle la puta cabeza contra la pared metálica.

—Yo... —tartamudea por un momento, buscando la respuesta a su alrededor.

Cuando una carcajada se escapa de los labios de Niall, Harry sabe que ha caído en una broma.

—No pasa nada, dolly —Liam imita el tono de voz de Louis cuando pronuncia aquel apodo. A Harry se le retuercen las tripas de tan sólo escuchar aquella palabra de unos labios que no son los de Louis—. Era para que dejaras de mirar a Louis como si estuvieras en celo.

La boca de Harry se abre y se cierra en busca de una palabra para refutar aquellos dichos, pero la verdad es que no encuentra ninguna. Tampoco puede negarlo, pero eso es un secreto que se guarda para él.

Se relame los labios mientras siente como su agujero trasero palpita al imaginar la punta del pene de Louis abriéndolo, sus grandes manos aferrándose a su cintura como si no hubiera un mañana, su aliento cálido empañando su cuello.

¡Dios! Se siente como un adolescente ahora mismo, pero no puede evitar pensar en Louis cojiéndolo como sólo él sabe, cuando está vestido de esa manera, cuando su cuerpo se encuentra perlado en sudor.

Para su suerte, o quizás no, el tintineo de las campanas del ascensor se hace oír entre medio de murmullos y risas.

Cerrando los ojos para respirar profundamente, Harry cruza a través de las puertas metálicas.

Sus pies se mueven en dirección hacia su habitación de hotel, como si fuera rutina de todos los días hacerlo.

—Qué suerte la tuya, que podés compartir cama con alguien —la voz masculina de Zayn se escucha como un eco a través del largo pasillo alfombrado.

Physical [L.S] ✔Where stories live. Discover now