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Las luces rojas y los flashes giran por todo el escenario. 

El piso de madera tiembla, debido al ajetreado público de Philadelphia.

El escenario sigue cubierto por un enorme telón, ocultando lo que la banda más famosa del momento está haciendo. 

Música suave se deja oír, parecida a la de un ascensor.

En realidad, casi ni se escucha.

Una sombra masculina se abre paso por detrás del telón, acomodándose en el extremo derecho del escenario.

Harry sabe, en ese instante, que es Niall, el guitarrista. Louis siempre ocupa el lugar de la izquierda. 

No hay que ser muy inteligentes para descubrir que es Zayn quien se posiciona detrás de la batería, y dos segundos después es Liam quien se acomoda en la diagonal entre Niall y Zayn.

Lo curioso es que esta vez no hay ninguna sombra de teclado, sino que parece estar afinando una guitarra.

Harry piensa que probablemente sea un bajo, dado que Niall tiene asumido su papel, y ni siquiera se lo intercambia a Louis cuando el otro le dice que podría cantar alguna canción.

Es muy necio con eso, como si alguien ya hubiera dictado sus papeles y cada uno debiera cumplirlos a rajatabla.

La respiración de Harry se acelera, su adrenalina disparándose como una cascada por su torrente sanguíneo, cuando las baquetas de Zayn chocan entre sí y todo el mundo se desgarra la garganta a gritos.

¡Dios! Sabe que este es el momento donde la tela cae y Louis aparece con su majestuoso rostro y ondea su perfecto cuerpo contra el micrófono. 

Este es el instante de la noche donde se da cuenta que Louis incluso está más enamorado que él, porque teniendo un público de casi diez mil personas, él elige mirarlo a los ojos mientras le dedica todas sus canciones.

Una serie de golpes en los platillos y luego en la cuerina color crema de los toms marca el inicio del segundo show en Philadephia.

Para Harry parece ayer cuando aparecía en esta época maldita, cuando caía en los brazos del cantante más hermoso, y excelente en la cama, de todo el mundo. 

Es raro decir que ya no está en California en el 2022, sino que ahora es parte de una gira por los Estados Unidos, y que ya es el tercer Estado en el que está, además del suyo.

¡Mierda! Podría acostumbrarse a esto para el resto de su vida.

Cuando el rasgueo de la guitarra de Niall se hace audible, los gritos abarrotan sus oídos.

Se siente tan bien hacer algo que jamás hizo, estar de pie, rodeado de guardias de seguridad, en primera fila, mientras espera que su amante se deslice por el escenario y dé el último show en Philadelphia.

Es extraño decirle amante.

¿En qué momento pasó de odiarlo, de planear su escape, su muerte, a amarlo con cada fibra de su cuerpo?

Supone que desde que tuvieron su primera vez.

Nunca pensó que un soberbio cantante de rock podía ser tan amoroso, tan cuidadoso. Que respetaría cada deseo suyo, cada parte de su anatomía.

El simple recuerdo le provoca una sacudida en el estómago, pero de esas que están relacionadas con la excitación pura.

Se relame los labios, con su mente sucia imaginando todo lo que podría pedirle a Louis que le haga esta noche. Le encantaría rogarle porque le deje más y más marcas alrededor de su cintura, o incluso que deje impresas sus huellas dactilares en su cuello.

Physical [L.S] ✔Where stories live. Discover now