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Louis arde en ira las siguientes horas.

El resto de la banda ha decidido encerrarlo en un espacio aparte en el tour bus, dejando a Harry descansar en las cuchetas, donde debió hacerlo desde un principio.

Niall y Zayn rotan haciendo guardias de una hora, manteniéndose despiertos por lo que resta de la noche.

Liam simplemente se encarga de hipnotizarse a sí mismo para saber qué carajos pasó hace unas horas.

Lo único que saben es que Harry palideció cuando Niall le dijo la hora, que justamente eran las 3 de la mañana, así que algo relacionado con los parientes de Louis comienza siendo una de sus primeras hipótesis.

Presenta cicatrices de clavos en los empeines y en el dorso de las manos. Además de una enorme mancha violácea en el centro del pecho.

Louis sabe exactamente de quién se trata, pero no ha querido decir ni una sola palabra hasta que su enojo se disipe.

¿Cómo se atreven a pensar en tocar lo que es suyo? ¿Quién les dio la autoridad de poner un sólo dedo sobre su más preciado tesoro?

Se merece que su ira se desate sobre la Tierra, que cada uno de los humanos de su magnífica creación desaparezca y sus almas sufran en el Infierno hasta el fin de los tiempos.

—Tranquilo, fiera —Karla habla desde su asiento en una esquina. Tiene las piernas cruzadas una sobre la otra y en sus manos descansa una revista de moda a la que finge prestarle atención—. No te olvidés que puedo escuchar lo que pensás.

Louis gruñe. Humo es expulsado a través de sus fosas nasales.

—¿Quién se cree que es? —farfulla. Sus dientes apretados le hacen doler la mandíbula. Ha mantenido esta presión desde que vio el cuerpo lastimado de su dolly.

Karla pasa una hoja de la revista, actuando como si estuviera leyendo lo más relevante de su miserable existencia. Levanta los ojos un segundo para ver a Louis a través de sus largas y sedosas pestañas.

—¿Y vos cómo sabés que fue él? —pregunta, negando con la cabeza. Su cabello sujeto en una alta cola de caballo ondea apenas un poco en su espalda—. Puede haber sido cualquiera.

—No —Louis se encapricha como un nene. Con su pie izquierdo, da un pisotón—. Puedo sentir su aroma a la distancia —vuelve a gruñir, sintiendo que el enojo le calcina el cuerpo, que arde como las llamas del infierno donde fue concebido—. ¿Por qué tuve que dormirme? —murmura, pasándose las manos por el rostro para luego tirar su cabello hacia atrás.

Un leve crujido se escucha por parte del pantalón de cuero de Karla cuando cambia sus piernas de lugar.

—Si estás tan seguro, ¿por qué no vas a verlo?

Louis se detiene en seco, como si se hubiera quedado sin baterías. Aprieta sus puños a cada lado de su cuerpo.

—No puedo —susurra.

—¿No podés? —Karla inquiere sorprendida. La revista cae sobre su regazo.

Louis niega apenas con la cabeza. Su saliva se siente pesada y caliente cuando desciende, a la fuerza, por su garganta.

—No.

—¿Por q...?

Un ataque de histeria gobierna el cuerpo de Louis, quien se aproxima hacia el escritorio más cercano y, al compás de un grito desgarrador, barre con sus manos todo lo que yace sobre el mueble.

Papeles y cuadernos caen al suelo, siendo acompañados por lápices y algún que otro cenicero.

Karla lo observa atónita, intentando entender el porqué de su locura repentina.

Physical [L.S] ✔Where stories live. Discover now