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28/09/2022

Jugando con las cortinas translúcidas, el viento primaveral entra a través de la ventana abierta de la habitación de Alegra, la menor de los Styles. 

Cajas de zapatillas apiladas sirven de trípode, alumbradas por una linterna que cuelga del techo, sostenida vagamente con un cordón adherido al techo con cinta adhesiva.

La canción "Material Girl" de Madonna, ha estado sonando por lo menos treinta minutos seguidos, taladrando los oídos de los demás integrantes de la familia que no han querido participar en el vídeo que Alegra anhela filmar.

No es secreto para nadie que la familia Styles ha adquirido fama estos últimos meses, pues Harry, el mayor de los cuatro hermanos, se ha convertido en un reconocido tiktoker. 

Además de rizado e inteligente, Harry estudia medicina en una de las universidades más prestigiosas del estado de California. Sus ojos verdes como la esperanza han sido los causantes de su fama tan repentina, convirtiéndolo en un influencer de la noche a la mañana.

Quizás es por eso que ahora se encuentra rebuscando entre sus cajones un buen outfit para filmar ese tan aclamado trend con Alegra.

O tal vez lo hace porque sabe que ganará el corazón de la gente por aparentar ser un tierno adolescente que filma un video con su hermana menor.

Bufando, abre con furia las puertas dobles de su enorme ropero color blanco. 

Casi con la misma intensidad, introduce la mitad de su cuerpo dentro del mueble, buscando con su vista una de sus chombas tan elogiadas. Es una de estas con cuello polo, color azul con detalles en rojo, de marca internacional y entallada al cuerpo.

Como es costumbre, jamás encuentra nada. 

—¡Mamá!—grita, aún con su cuerpo metido en el ropero—. ¿Viste mi remera Lacoste?

Anabel, la madre de Harry, una señora de cabellos oscuros y sonrisa radiante, se limpia las palmas de sus manos en el delantal que cuelga de su cuello en este instante y pone al mínimo lo que sea que esté cocinando.

En silencio y manteniendo su compostura como buena madre que es, camina hacia la habitación de su hijo mayor.

Si hace 19 años hubiera sabido que tendría que criar a un adolescente insoportable y humiento como él solo, quizás lo hubiera pensado dos veces. 

Aún así, jamás reniega de sus hijos. Siempre dice que han sido lo mejor que le pasó en su vida, que son la luz que a veces le hace falta a su vida en penumbras.

Respira profundo cuando llega al último escalón y se detiene tan sólo para escuchar la manera en la que Harry bufa y rezonga, lanzando su ropa por toda la habitación.

Es gracioso, porque Anabel sabe que Harry terminará por ordenar todo ese desorden si no quiere terminar castigado por toda la eternidad.

Deja escapar el aire lentamente por sus labios, y es entonces cuando retoma su camino hacia la habitación de su hijo.

Son cortos sus pasos, al igual que lo es la distancia que debe recorrer, y en menos de un parpadeo se encuentra apoyando la palma de su mano en el marco de la puerta. 

Carraspea para llamar la atención de su hijo, y eso es justo lo que termina sucediendo, ya que el cuerpo de Harry se queda estático en su lugar, con un pantalón apretado entre sus dedos y a punto de ser revoleado junto a todo lo demás.

—Tercer cajón a la izquierda—Anabel instruye, apretando los labios para no reír ante la situación.

Harry murmura un gracias, demasiado bajo, casi imperceptible, antes de dejar el pantalón a un lado y dirigirse hacia donde su madre le ha indicado.

Physical [L.S] ✔Where stories live. Discover now