Hombre

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—Sí, joven.

—Ahora pueden venir a buscarlo en confianza, al final, nunca lo encontrarán. 

Marce alejándose y ahí que veo a mis padres llegar. Dejé caer el palo sobre su pecho, limpiándome las manos en la camisa. Rebusqué en su bolsillo para quitarle el teléfono, lo apagué y lo guardé en mi pantalón. 

—Darek, ¿qué fue lo que hiciste?

Mi madre era la única sorprendida, mientras que mi padre solo se limitó a darle varios golpecitos en el hombro con la suela del zapato, asumí que asegurándose de que estuviera muerto. 

—Ese es mi muchacho — esbozó una sonrisa. 

—¿Y tú hermana dónde está? 

—Está en la habitación. En cualquier momento baja, mamá.

—¿Qué fue lo que hizo para que reaccionaras así?

—Intentó aprovecharse de mi hermana. Lo pillé justo cuando planeaba tocarla.

—¡Hijo de su maldita madre! — mi padre le dio una fuerte patada en la cabeza—. ¿Te lo dije o no te lo dije? De hoy en adelante, en esta casa está prohibido recibir amistades de ella, ¡¿quedó claro?!

—Estoy totalmente de acuerdo, papá.

—Límpiate y vigila a tu hermana. No permitas que baje. Mamá y papá se encargarán de esto— mi madre se frotó la sien. 

—Ya mismo sus padres vendrán a “recogerlo”. 

Se miraron entre ellos y mi madre suspiró. 

—Déjanos esto a nosotros, cariño. Sube. 

Me limité a subir las escaleras y quitarme la camisa en el trayecto. Entré a mi cuarto y lavé mis brazos hasta el codo, también tenía salpicaduras en la mejilla, por lo que procedí a borrar todo rastro de sangre que hubiese en mi cuerpo. 

Oí la puerta de su cuarto abrirse y salí al pasillo para frenarla. Se había duchado, lo supe por su melena húmeda y el olor a fresa que emanaba de su cuerpo. 

—¿Ya se fue tu amiguito?

—Eres un fastidio. No pudimos terminar el trabajo por tu culpa. 

¿El trabajo? Vaya, tremenda actriz. Con esa misma boquita que come, es la misma que usa para soltar mentiras. 

—¿Qué mierdas hacías martillando la pared a esta hora? ¿Tienes problemas mentales o qué? 

—¿Martillando? Que termino tan peculiar… 

—¿No era eso lo que estabas haciendo para molestarnos? Ni yo hago tanto ruido.

Logró percatarse de mis nudillos, porque sus ojos estaba viendo a esa dirección.

—¿Qué te pasó en la mano?

—¿Ahora te harás la hermanita preocupada? 

—No me interesa lo que te pase. Por mí puedes morirte — regresó a su habitación echando chispas.

Estuve al pendiente en todo momento de que ella no saliera de la habitación. Pude tranquilizarme cuando vi a mis padres caminar por el pasillo. No sé con exactitud cuánto tiempo ha transcurrido, pero lucían exhaustos. 

—Descansa, hijo— dijo mi padre, antes de meterse a su habitación. 

Sabía que esa era la forma de decirme que todo había salido bien. Pero ¿qué hicieron realmente? 

Durante la semana noté cierto comportamiento extraño en ella. Se pasa encerrada en la habitación. Marce me dijo que no estaba comiendo adecuadamente. Las únicas veces que la vi, miraba constantemente la pantalla de su teléfono, como si estuviera esperando algo. Sus salidas solo eran a la escuela y regresaba a la casa al mismo horario de siempre. No le oía poner música en las noches, como tantas veces lo hacía hasta hartarme. Todos esos signos me llevaron a atar cabos y llegué a la conclusión de que, tal vez su cambio repentino había sido por no tener noticias de ese idiota. 

Iba a deshacerme de su teléfono, pero al final no lo hice. Lo encendí y me dejé caer sobre la cama. Llegaron muchos mensajes, uno detrás de otro, la mayoría eran de ella. En su galería tenían fotos juntos, como también guardaba imágenes de ella semidesnuda. No puedo creer que esta idiota le pasaba este tipo de fotos. Llega a descubrir esto mi papá y la encerrará en el ático de por vida. 

El muy hijo de puta tenía conversaciones calientes con otras chicas. No puede quejarse, es más, debería agradecerme que haya acabado con ese infeliz.

En las conversaciones pasadas, ellos tenían conversaciones subidas de tono, ya lo esperaba debido a las fotos que solo ella le pasaba a petición de él, aunque la mayoría terminaba con un «buenas noches». 

Los mensajes recientes solo confirman lo que imaginé. Le enviaba un mensaje en la mañana, al mediodía y en la noche, deseándole que estuviera bien y se cuidara. El más patético de todos fue el que le preguntaba si no le había gustado lo que pasó entre ellos y por eso le dejó de hablar. 

Era una estupidez lo que iba a hacer, sabía que debía desaparecer ese teléfono cuanto antes, pero no pude ignorar el hecho de que esa tonta estuviera triste por ese idiota. 

Le envié un mensaje disculpándome, dándole una excusa de que estaba enfermo y que por eso no había asistido a la escuela durante estos días, pero que me había encantado lo que sucedió esa noche. Ella me respondió casi al instante. Le oí reírse en el cuarto y lanzarse sobre la cama luego de enviarme muchos emojis de corazones. Es empalagosa e infantil, ahora entiendo la razón por la cual no la tomó en serio. 

Me sorprendí enviando mensajes con ella por dos largas horas. Las conversaciones poco a poco fueron subiendo de tono, pero había sido ella quien quiso sacar el tema de nuevo de lo ocurrido. Pidió disculpas por haberse resistido tanto, pues alega que tenía miedo, pues era la primera vez que alguien la veía desnuda. 

Eso es mentira. Varias veces le di sus buenas nalgadas y la última vez me esperó solo vistiendo una toalla. Era evidente que estaba esperando que la viera, pero no la tomé en serio. 

Recibí una foto como “disculpa” de su parte, no podía creer que estuviera mostrándome sus pechos como si nada. Con la imagen había una pregunta: «¿Podría verte?».

Busqué de nuevo en sus conversaciones pasadas, pero no había ninguna imagen de él mostrándole nada. No creo que de haberlo hecho las hubiera borrado, pues ni siquiera con el resto de las chicas que escribía mandaba fotos, solo recibía. ¿Habrá sido por complejos? Él estaba vestido aquella noche, por lo que ella, probablemente no logró verlo desnudo tampoco. 

—Ay, hermanita. Prepárate para ver a un hombre de verdad.

Preludio I [✓]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora