XXXII

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JUNGKOOK

—Jungkook tengo que decirte que ha ocurrido algo horrible —me decía Kendall cuando estábamos volando hacia la mansión en mi avión privado—. He recibido una llamada cuando estaba dando tus instrucciones al piloto.

—¿Qué es ahora? —no tenía ganas de más malas noticias.

Veníamos del Oeste de solucionar algunas cosas del negocio que tenía por esa zona. La situación se estaba volviendo difícil y peligrosa últimamente.

—Han encontrado a la hermana de Yangmi —mi cuerpo se revolucionó, era mucho tiempo ya con ese maldito asunto.

Pero no me gustó la cara desencajada de Kendall.

—Dime que está bien, dilo Kendall —le dije con apuro, necesitaba llamarla y decirle que su hermana estaba bien, necesitaba decirle que todo su puto mundo ya estaba bien, que todo había acabado y que podría venir de nuevo a mi lado.

—Lo siento Jungkook pero la han asesinado —en éste mismo instante maldecía tener ese instinto animal con el que nací. Ese que me hizo volverme un miembro de una cúpula malvada y despiadada. Quería matar a todas las personas que estuviesen involucradas con la muerte de una chica que no hizo mal a nadie.

—¿Ella lo sabe? —me dolía pensar lo que estaría sufriendo.

—No creo, ya que nadie del gobierno sabe nada del asunto, ha sido Jimin el que me lo ha dicho ahora por teléfono, dice que no se atreve a decirle a Yangmi —cerré mis ojos por un momento. ¿Cómo iba yo a decírselo tampoco?

—¿Dónde está Jimin en este momento?

—Viene a la ciudad para asistir a la fiesta, a descubierto que el senador Adams a contribuido para que Sunhee esté ahora muerta.

¿Había algo más para que mi vida fuera un total infierno? Ese tipo tendría que haber estado muerto desde hace mucho tiempo ya.

—¿Y ahora qué tiene que ver ese hijo de puta? ¿Siempre va a estar jodiendo mi vida? —dije desesperado. No lo mataba porque entonces tendría a mucha gente tras de mí y mis negocios, y ahora no era el momento. Pero le quitaría su puesto de senador y lo rebajaría a la miseria. Era un juramento.

Me levanté de mi asiento, necesitaba mover mi cuerpo, quería romper algo, quería saltar del avión.

—Él la encontró primero y sus hombres como son unos ineptos, le dispararon a ella cuando los otros la tenían de escudo, ¿No te acuerdas que para quitarte a Yangmi le dispararon hasta a ella?

Todo se había vuelto un desafortunado encuentro de dos chicas con gente desalmada como yo.

—¿Crees que Yangmi puede estar en peligro si se enteran de lo nuestro? —ahora en éste momento me estaba dando cuenta que no podía involucrarla en éste mundo de lucha encarnizada—. Tengo que dejar ésta vida de mierda Kendall, ya dura demasiado tiempo la promesa que le hice a mi padre.

Mi padre me dejó a cargo de todo su maldito negocio, me hizo prometer que nadie se haría con el monopolio que había conseguido con los años, no conocí nunca otra forma de vivir pero por ella tendría que dejar ésta perra vida atrás, si queríamos amarnos en paz, tendría que hacerlo de una vez.

Nina murió por ser yo un indeciso y por no dejar atrás mi orgullo, y a Yangmi la pondría en peligro si seguía con mis asuntos turbios.

—Cuándo lleguemos a la mansión que tengan todo preparado para mí, iré a esa asquerosa fiesta, tengo que saber que hay detrás de todo ese asunto, seguro que el senador Adams está detrás de los que venden las armas en China —me di cuenta que ese tipejo estaba almacenando armas para algo gordo.

YANGMI

—¿Siempre te tienes que poner esos vestidos cuando vamos de incógnito? —me decía Eun Woo mirando el vestido que llevaba a la fiesta.

—Vamos a ver si te enteras de una vez, simulamos que somos gente con dinero ¿Qué quieres que venga en vaqueros? —me desesperaba.

—¿Pero ese escote que te gastas hoy es necesario? —movió su cabeza negando.

—¡Yeahhh! ¿Dónde estás mirando? —tapé mi escote con las manos.

—Donde tú hoy te has dispuesto que mire todo el mundo —dijo en la misma puerta del edificio dónde sería la fiesta.

—Necesito una amiga mujer, la necesito con urgencia, señor concédeme ese deseo —miré al cielo con mi melodrama ficticio.

—Anda vamos a entrar de una vez, que nos espera una noche movidita —respiró hondo.

Teníamos un gran cometido, según los informantes todo lo que se cocía allí dentro era un teatro muy bien ensayado. Todos hacían la vista gorda, unos se ayudaban a los otros como si nadie en el exterior se diera cuenta de quién era cada uno, pero sin pruebas no había delito.

Entramos y ubicamos primero a toda la seguridad que había repartida por la estancia inferior, eran hombres vestidos de negro y bastante corpulentos.

—Eun Woo ya sabes lo que te dije, atento por si hablan de una chica, tal vez suelten algo de Sunhee.

—Sí, no te preocupes estaré atento, y espero que de una vez por todas la encuentres Yangmi, me duele ver los años que llevas tras esto —me puso una sonrisa tierna.

—Retiro lo que dije antes de que quiero una amiga mujer, contigo tengo suficiente —le puse también una sonrisa.

—Hola hija —me volví y vi a mi padre.

—Hola padre —me dió un beso en la mejilla.

Estaba algo recelosa con él, sabía muy bien que yo era policía, sabía que mi medio hermano me había metido en ésto, sus contactos quisieron subirme de categoría pero yo nunca había querido depender de él.

Nos veíamos poco, pero hoy, si era verdad que estaba metido en la mierda estaría receloso de verme cerca de toda ésta corrupción.

—¿Estáis por trabajo? —me dijo moviendo una ceja.

—No padre, es que Eun Woo le hizo un trabajo extraoficial a un diputado y lo han invitado, no quería venir solo y me lo pidió a mí —miró a mi compañero.

—Sí señor así mismo ha sido —le comentó relajando lo que pudo su cuerpo.

—Solo te diré que tengas cuidado, ¿De acuerdo? —yo asentí.

—Si padre, gracias.

Se fue y nos adentramos hacia la zona donde servían la bebida.

Y allí de pie...con un porte espectacular, vi al tipo más guapo y más apuesto que nadie podrá ver jamás.

Me quedé parada mirando sus ojos negros que estaban puestos en los míos. Vestía con un traje negro de importación que lo hacía un dios para mí, con ese pelo negro cogido hacia atrás con una pequeña cola y con su actitud dominante como siempre tenía desde que lo conocí, hacía que quisiera correr a sus brazos desesperadamente...





Mafia Jungkook. Mi Vida, Mi AmorWhere stories live. Discover now