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Afganistán
Kendall Company
Fabricación de Armamento

Estaba sentado el señor Jeon en su despacho, uno apartado del sitio principal en la empresa. Kendall era el CEO a ojos de todo el mundo aunque Jungkook fuera el verdadero. Estaba siempre en la sombra, nadie podía saber quién se escondía detrás de ese negocio.

A ojos de su familia era un trabajador más, nadie importante, nadie en quién poner en el punto de mira.

Llegó su amigo Kendall por las puertas, los años habían pasado por ellos y tenían alguna que otra arruga en sus rostros, pero sus atractivos quedaron intactos, eran aún muy guapos para dejar en shock a cualquier mujer. No habían perdido ni sus facciones, ni sus figuras imponentes.

—Hola Jungkook —se sentó frente a él, que se encontraba sentado en su sillón negro.

—Hola Kendall, ya se fue Jungkook Junior a Corea ¿Lo sabías? —estaba algo triste.

—Sí, se lo dijo Amina a mi esposa, se hará alguien fuerte y decidido ya lo verás, es un buen chico —le contestó el otro.

—Eso espero, mi hijo ha vivido entre algodones amigo, necesita saber que las cosas se consiguen con esfuerzo y no porque sus padres se lo pueden conseguir todo —encendió su ordenador portátil— ¿Hay algo importante que quieras decirme? Lo veo en tu rostro, nunca pudiste ocultar eso, sé que no es nada bueno.

Kendall asintió, lo conocía muy bien desde siempre, nunca pudo ocultarle nada.

—Nos han robado el cargamento que iba hacia el ejército de Seul.

—¿Como? Nadie había hecho eso nunca —estaba impresionado por lo que escuchó.

—Pues no te puedes imaginar quién lo hizo —aún había más.

—¿Quién?

—Park Jimin —le dijo Kendall con media sonrisa.

—¿Jimin? ¡Bastardo! Pero si nunca ha tocado nada nuestro, por el nombre de la compañía es el único junto a los demás que sabe que eres tú, y si eres tú soy yo —arrastró su pelo había atrás frustrado— ¿Tan tonto es? Son los únicos que saben quién eres, nadie sabía tu nombre, solo ellos y yo.¡Imbécil! ¡Mal nacido! A Jeon Jungkook no se le toca y él lo sabe.

Se levantó de su asiento con un enfado monumental.

—Quiero hablar con él —le pidió a Kendall apretando los dientes— le di mi puesto pero no para que me jodiera la vida, si cree que por estar donde está puede tocar lo que es mío está más que equivocado.

Kendall se levantó para ver si podía calmarlo.

—No sé si es bueno que des señales de vida, alguien puede saber que aún sigues vivo si lo están vigilando a él —le tocó el brazo.

—No voy a parar hasta hablar con él, hazlo lo más oculto que puedas, pero tengo que saber porqué diablos se ha atrevido a joderme esa cantidad de dinero...

Corea del Sur
Base militar Hwa-rang

Los barracones estaban ya seleccionados, las mujeres en el ala Norte y los hombres en el ala Sur.

Mafia Jungkook. Mi Vida, Mi AmorHikayelerin yaşadığı yer. Şimdi keşfedin