XVII

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YANGMI

Pasaron los días y ya estábamos de nuevo en la mansión Jeon.

Taehyung y Yoongi se fueron a hacer negocios mandados por el señor Jeon, IU me contó que pronto estarían todos los socios juntos para una gran operación.

Él no me miraba ni se dirigía a mí por ningún motivo, si quería que hiciera algo se lo decía a su hermana.

Yo sólo me limitaba a estar callada y casi ausente, me dolía demasiado la indiferencia que tenía conmigo. Cuando estábamos comiendo hablaban en ruso y a mí me dejaban a un lado de la conversación.

Yo estaba casi todo el tiempo en la habitación, pasaba mis ratos muertos leyendo y viendo cómo nevaba por el ventanal. A veces cuando miraba al exterior podía verlo subido en un caballo espectacular dando vueltas por los alrededores de los establos. Esa imagen me dejaba agotada emocionalmente, se veía tan hermoso y tan varonil que me dolía verme atrapada por un hombre como él.

Me dijo que me besaría cuando le diera la gana porque para eso era suya, pero no lo volvió a hacer más desde aquella vez en el hotel.

Uno de los días que estaba yo en el ventanal, vi a dos caballos y a dos jinetes salir de los establos. Me quedé un poco desconcertada porque nunca paseaba con nadie, siempre lo hacía solo. Miré con atención al acercarse a la casa y estaba acompañado por una mujer equipada con todo lo necesario para montar. Estaban hablando muy amigablemente y riendo los dos. Sentí una decepción enorme, porque se notaba que se conocían bastante bien.

Ella era rubia y su pelo estaba cogido con una cola alta, era esbelta y más o menos de su edad.

Él la ayudó a subir a su caballo  y se fueron galopando juntos después de subirse él al suyo. Esta vez no se quedaron por los alrededores cómo hacía de costumbre, sino que se veían bajar por el camino que daba al bosque.

En ese momento sentí una envidia enorme, verla junto a él en total libertad me hizo daño, yo estaba encerrada entre cuatro paredes y a ella la hacía sentirse libre mientras que a mí me mantenía lejos de todo contacto con el exterior como a una prisionera.

Una rabia recorrió mi cuerpo, me senté en la cama y apreté mis puños.

Quería salir corriendo otra vez, ya estaba bien de esconderse en el miedo absurdo que me acorralaba y no me dejaba vivir. Si me disparaban y moría ya me daba lo mismo.

Salí con un poco de ropa en mis manos, hice ver que me dirigía cómo todos los días a darme un baño y los tipos que había en el pasillo ni se percataron de mis reales intenciones.

Volteé al pasillo contiguo y llegué a la habitación del señor Jeon, vi que estaba abierta y entré, después cerré la puerta despacio, me eché en ella con la respiración agitada por el miedo de ser descubierta y cogí mi pecho para parar mi corazón que latía desbocado.

Cuando pude controlar mi cuerpo empecé a buscar por los cajones de su armario y escritorio, sabía que por algún lado tendría un arma escondida.

Él no era un hombre que estaría tranquilo durmiendo sin una de ellas a su lado.

Busqué por todos lados y para mi mala suerte no había ninguna.

Desesperada después de revolverlo todo, me senté de golpe en la cama.

Maldecí en silencio bastante enfadada y di saltos en el colchón por la frustración que sentía. En uno de esos saltos algo cayó al suelo y me asusté. Bajé la mirada y vi una pistola pequeña de color negro que había caído a mis pies.

La había escondido debajo de la cama el muy...

Me alegré de haber dado con ella y la metí rápidamente en el bolsillo de mi pantalón.

Busqué en su armario uno de sus mejores abrigos, ésta vez no cometería el error de la vez anterior, ahora no pasaría frío.

Cogí uno de piel de zorro, unos guantes y un gorro compañeros. Los envolví entre las sábanas y miré por el ventanal. Su habitación tenía unos arbustos debajo en el exterior, así que cómo en ese momento no vi a nadie lo lancé todo sin problema, no podían verme con él puesto, porque ahora tenía que salir fuera y eso era más difícil.

¿Y si hubiera un pasadizo en la habitación que diera al exterior? En todas las películas de mafiosos hay pasadizos en esas enormes casas.

¿Pero dónde mierda tendría su habitación uno? Tal vez estaba en el gran salón o no existía ninguno y mi estúpida fantasía solo pasaba en las películas, aunque mi vida estaba siendo una últimamente.

Salté sobre la madera del suelo y nada raro encontraba, pero al fijarme en un gran cuadro que plasmaba un bosque enorme algo me dijo que aquello era lo que buscaba. Metí mis manos por detrás del marco y algo se movió. La adrenalina recorría mi cuerpo cuando unas largas escaleras se divisaron al separarse de la pared.

Las bajé sin pensármelo dos veces todo lo deprisa que podía hasta llegar a los arbustos del exterior.

Busqué el abrigo que lancé antes de pensar en los pasadizos y me lo puse junto a los guantes y el gorro, estaba agazapada para no ser vista.

En ese momento para mi desgracia llegaba el señor Jeon con la chica y yo me eché al suelo. Se bajaron de los caballos y se pusieron a hablar mientras yo estaba escondida.

—Jungkook podemos ir a pasar un buen rato si tú quieres ahora —abrí mis ojos al escucharla llamarlo por su nombre y ser tan cariñosa, se acercó haciéndole ojitos y le puso la mano en su pecho.

Quería salir de mi escondite y pararle los pies, ¿Pero qué estaba diciendo? Yo no era nadie para hacer un escándalo de una situación que nada tenía que ver conmigo. Me dolió admitirlo.

—Estás aquí por negocios Anna así que lo siento pero yo no me enredo con el trabajo —ella se enfadó al verlo separarse e irse hacia los establos.

Dos tipos salieron para ayudarlos con los caballos así que en ese momento vi una oportunidad de no ser vista por ellos, salí corriendo y me adentré en el bosque. Corrí todo lo que pude.

JUNGKOOK

—Jungkook tengo que decirte algo —Kendall apareció en los establos, miré a Anna.

—Ve a la casa y espérame allí, puedes cambiarte  ya que pronto cenaremos —asintió un poco enfadada, quería de mí algo más que una cena.

Se fue y quedamos Kendall y yo solos.

—¿Qué tienes que decirme?

—Jimin viene para acá, está de camino, creo que estará aquí mañana —sus palabras me pusieron nervioso. Había decidido decirle quién era Yangmi pero aún no era el momento.

—Le diré a IU que cene con ella arriba y llamaré a Namjoon para ponernos de acuerdo con...

—¡Señor Jeon! —uno de mis hombres venía corriendo —¡La puerta exterior de su pasadizo está abierta!

—!¿Dónde está la señorita Park?! —le grité y no supo que contestar.

Corrí por las escaleras que daban al interior de mi habitación y salí al pasillo para entrar en la suya, estaba completamente vacía, mi cuerpo se estremeció. Se había ido otra vez.

¡Joder! ¿Otra vez? ¡Maldita niña malcriada! Tenía que encontrarla porque se estaba haciendo de noche y era peligroso que estuviera sola en el bosque...

Mafia Jungkook. Mi Vida, Mi AmorWhere stories live. Discover now