†11†

6.1K 466 103
                                    

Al día siguiente, me despierto. Ajena a todo. Ajena a lo de ayer y a lo que pasará. Me levanto y me enfrento a las clases con toda la normalidad que puedo (claro, porque ser una bruja de repente, no es normal) ayudándome de mis conocimientos sobre la saga HP.

Por la tarde, Ron viene corriendo hacia mí por el pasillo del jardín interior.

— ¡Dana, espera!

Me paro de pronto y me giro sobre mis talones.

— ¿Sí? —pregunto con un hilo de voz.

El pelirrojo coge aire.

— ¿Te apuntas a un partido amistoso de Quidditch?

Me quedo mirándolo, todavía sin comprender.

— ¿Volar en escobas? —niego con la cabeza—. No, lo siento. Nunca lo he hecho y no me atrevo.

Él pone los ojos en blanco.

— ¡Vamos! Será divertido —añade con una sonrisa.

Termino por aceptar. ¿Qué más da? Mientras camino, él me va explicando:

— Como Harry está hablando con Dumbledore, le he pedido prestada su escoba. Es la que va mejor y es más segura para ti.

Me paro en seco.

— ¿Voy a montar en la Saeta de Fuego?

— Pues sí —responde tranquilamente—. Vas en mi equipo, y serás la buscadora.

— ¿Quién más hay en tu equipo?

Ron se pone a pensar.

— Aparte de tú y de mí (yo soy el guardián), está Lee Jordan, que es un golpeador y tenemos también a Angelina, que es la cazadora.

— Qué pocos.

— Es un amistoso —dice mientras se encoge de hombros—. Te vas a reír cuando veas el equipo de Ginny. ¡Tiene a Hermione como cazadora! —y se echa a reír.

Río nerviosamente junto a él, pero no me hace gracia saber que Hermione lo va a pasar mal.

Llegamos al campo de Quidditch y me doy cuenta de por qué me tenía que reír: Ginny de buscadora, Hermione de cazadora, una chica de primero de Gryffindor como guardiana y otra como golpeadora.

Bien, que empiece el partido.

¡Han ganado las chicas del otro equipo! Ron está muerto de la vergüenza, claro. Todavía incrédulo ante la derrota. Lee no ha parado de maldecir desde que ha acabado el partido (obviamente, Ginny ha cogido la snitch antes que yo) y Angelina simplemente ha venido para distraerse, así que no le ha importado perder. Y mucho menos a mí.

Montar en escoba ha sido una de mis mejores experiencias. Me he sentido libre en el aire y la verdad, para ser mi primera vez, no se me ha dado nada mal. Alguna que otra vez sí he tenido un desliz, pero me he incorporado enseguida.

Me doy una ducha, quitándome el sudor, y como todavía es pronto, decido dar una vuelta por el jardín trasero, donde está la cabaña de Hagrid.

Me siento bajo la sombra de un árbol y disfruto de la vista que me da el bosque. Muchas veces, leyendo HP me he imaginado que entraba en ese bosque y me perdía con...

— Draco —susurro.

Su beso, cálido y suave, no me cansaré de recordarlo.

— ¿Me llamabas? —dice una voz detrás de mí.

Me levanto de golpe y me encuentro a Draco.

— ¿Ves? Acabarás queriéndome.

— Piérdete y que te bese un dementor —gruño.

— Prefiero que me beses tú —y se apoya en el árbol.

Dios. Está irresistible.

— Pues lo siento —digo—, pero no soy ni Pansy ni la otra con la que te vas liando.

Me doy la vuelta y vuelvo a observar el bosque.

— Así que... ¿imaginabas que nos perdíamos por ahí?

Mis mejillas arden.

— No —susurro—. Mentira.

Él lanza una carcajada socarrona.

— Ya estás más cerca... —canturrea.

— Piérdete.

— Solo cuando lo desees de verdad.

— Lo deseo de verdad —replico.

Él niega con la cabeza y se acerca a mí. Me besa y sonríe.

— Muy pronto querrás besarme tú.

— Nunca —escupo.

— Siempre.

A la hora de cenar, en el gran comedor, cojo un poco de pan de la bandeja que flota y miro a Alex, que parece más contenta.

— ¿Por qué tan contenta?

— ¡El chico que me gusta me ha pedido de salir! —exclama, con una sonrisa.

Wow. Y tiene once años... Aunque si eso la hace feliz, por mí bien.

— ¿Y quién es?

Señala la mesa de Hufflepuff y veo que un chico mira en dirección a nosotras. Es un chico bastante mono, moreno y de ojos negros, y creo que va a segundo curso.

Le sonrío a Alex y le digo que me alegro por ella.

Hoy es viernes. Mañana sábado. Estoy nerviosa porque falta un día para quedarme a solas con Draco, el pervertido.

No paro de pensar en él, y tengo miedo de quedarme con el Síndrome Pansy. Ajá, le he puesto nombre a esa rara enfermedad de estar loca por Draco. ¿A quién se le ocurriría?

Draco Malfoy es sexi y guapo, pero es también malvado y cruel.

No, no puedo dejar que mi corazón le elija a él.

Es de noche y estoy en la sala común, antes me he encontrado con Pansy y me ha mirado con cara de "quedas advertida, zorra: Draco es mío". No he podido evitar un escalofrío: ¡está loca!

Me acurruco en el sillón y me quedo mirando la chimenea. No puedo evitar pensar en Draco antes de quedarme dormida.

El Síndrome Pansy está incubando.

*pásate por "Malfoy y yo" please ♥*

ENTRE MUGGLESWhere stories live. Discover now