Capítulo 45

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Enzo

Los días pasaron, al igual que las semanas y finalmente los meses han pasado de manera rápida, parece que fue ayer que mi esposa me dio la noticia de que estábamos esperando un bambino. Que finalmente formamos una familia llena de amor y alegría, decir que estaba feliz sería poco.

Estaba eufórico y emocionado.

Mi vida los últimos veinte años había sido un calvario solitario, habían pasado muchas cosas que me llevaron a ser el hombre que soy ahora y que realmente no me arrepiento de serlo, ya no más.

Pero al igual que todos mis cuñados, internamente tenía mínima la esperanza de tener también mi propio final feliz. Tener a alguien que me amara con la misma intensidad que yo lo hago y si las cosas llegaban más lejos por fin, formar una familia.

Veinte años después, lo había conseguido y no podría estar más feliz con la familia que había formado y cada vez se expande más.

—El próximo cargamento de armas llegará el miércoles por la noche, iré personalmente a revisar que todo esté en orden—

Salgo de mis pensamientos cuando escucho la voz de Flavio, quien deja unos de papeles en mi escritorio. Llevábamos un par de horas trabajando en mi estudio para la cuestión del nuevo cargamento de armas que le había comprado a Vladimir, para un trato con la Yakuza nuevamente.

Debíamos tener mucho cuidado porque eran cien por ciento rusas, hechas en la fábrica de los Kozlo–Bianchi, así que eran de la mejor calidad. Si llegamos a perder una carga tan valiosa como lo este lote, mi cabeza y la de Flavio, rodarán por nuestra irresponsabilidad.

—Redobla la seguridad— digo mirando los papeles— necesitamos que esa carga salga tal cual como llegó, estoy seguro que la Yakuza no me perdonará dos veces que hayamos perdido su cargamento—

—Y esta vez, Jian Noshimuri, no podrá salvarnos el pellejo, ¿cierto?—

—Exactamente, no sin arriesgarlo él. De por sí, sus lazos con ellos es delicado, arruinar esto será nuestra perdición—

—Lo que no entiendo, si la Yakuza siendo una de las mafias más poderosas junto a los Emperadores en el continente asiático, ¿por qué no hacen tratos con ellos?—

—Por que los viejos de la Yakuza, no soportan a mi hermana— respondo— no están de acuerdo en cómo tomó el poder de toda China hace más de una década, estaban de acuerdo en que León Kalakawa era un mierda de líder y que merecía una muerte dolorosa, ¿pero que una chiquilla de dieciséis años lograra derrocar al antiguo emperador de China? Les pareció algo inaudito para su código de sangre real. Causó muchos disturbios políticos entre ellos, prefirieron cortar lazos con ella de manera que hubiera paz entre ambas mafias—

—Y aún sí, los Emperadores se mantienen en el frente como la mafia más grande de Asia, sin ayuda de los japoneses—

—La Yakuza, nunca dará su brazo a torcer para hacer negocios con China, mucho menos mi hermana. Ni siquiera le interesa que oferta lleguen a tener alguna vez. Quien sabe si un futuro, se llegue a dar—

—¿Y por qué nosotros sí?—

—Por que me interesa el poder que tienen y sobre todo, tenerlos de nuestro lado da mucha ventaja— digo con simpleza— tenemos a los Emperadores y la Yakuza, en nuestro bolsillos. ¿Qué más podemos pedir? Tenemos mucho poder, las alianzas han servido de algo—

—Ya lo creo—

Escucho como su teléfono suena en un mensaje y la sonrisa de su rostro, me hace saber de quién es el mensaje. Admito, que fue una sorpresa incluso para mí saber que Flavio y Marissa estaban juntos desde hace un par de semanas, cuando Dante y yo fuimos a espiar a la mayor de los Ferrara, vaya sorpresa fue verlos besarse de manera tan pasional.

Dolce amoreDonde viven las historias. Descúbrelo ahora