Capítulo 22

28.9K 1.8K 291
                                    

Enzo

Me quedo estático ante sus palabras, la miro como si no creyera lo que acaba de decir.

Te amo

No escuche mal

Me ama

Mi esposa me ama

Mi Dea, me ama

-Repítelo...- susurro- repítelo de nuevo...-

Una enorme sonrisa pinta sus labios, diciendo las mismas palabras.

-Te amo, Enzo-

La emoción cruza mi pecho, los latidos de mi corazón se aceleran de golpe, mi respiración se hace ligeramente errática. Una sonrisa comienza a formarse en mis labios, no tengo palabras, es como si, hubieran sido cortadas. Lo único que puedo hacer es besarla con fuerza, depositando lo que no puedo decir en palabras, sus brazos enrollan en mi cuello, acercándome más a su cuerpo.

Cuando nos separamos, uno mi frente con la suya, sonriendo de la emoción y con total seguridad, no dudo en decir las palabras.

-Ti amo, mia bellissima dea-

La sonrisa en su rostro es lo que necesito saber, sus ojos se cristalizan suavemente derramando pequeñas lágrimas. La tomo entre mis brazos, levantando del piso, no dejo de sonreír.

-Dio, no tienes idea de lo feliz que me has hecho- beso el topo de su cabeza- Te amo tanto-

Cuando la coloco en sus pies, no podemos dejar de vernos con las sonrisas pintadas en nuestros rostros. Tomo sus manos besando sus nudillos. Mi felicidad en estos momentos, no tiene límites, después de tantos años de soledad y sufrimiento.

Soy feliz

-No tengo palabras- dice ella- me parece tan irreal el momento, yo no creí...-

-Te amo, dea- la interrumpo- te he amado, desde antes más no quería reconocerlo. Cuando te vi, ese día herida y sangrando, lo supe- sonrío- sabía que eras con quien yo quiero pasar el resto de mi vida-

Antes de que lo espere, me pongo de rodillas tomando sus manos.

-¿Qué haces?-

-Lo que debí hacer desde el primer momento en que te vi- mi sonrisa se ensancha- Karla Black, te amo y quiero pasar el resto de mi vida a tu lado, demostrarte lo que puedo hacerte feliz cada día, ver esa sonrisa cada mañana, tarde y noche- tomo una respiración- ¿Me darías la oportunidad de ser realmente tu esposo? Prometo amarte y atesorarte hasta el fin de mis días-

Los ojos de mi esposa brillan y las lágrimas fluyen libremente por su rostro, pero la sonrisa no se borra de su rostro. Se pone de rodillas para estar a mi altura, toma mi rostro entre sus manos, coloco las mías en su cintura, sus labios se mueven suavemente sobre los míos.

-Sí, acepto- responde- quiero lo mismo, ver tu rostro sereno cada mañana, estar ahí cuando las pesadillas, ya no estás solo, estoy contigo y siempre lo estaré- me besa brevemente- quiero compartir mi vida a tu lado, ahora y eternamente-

Asiento sin dejar de sonreír.

Ahora lo creo

Nos besamos de nuevo pero esta vez, la intensidad sube de nivel. Aún en el piso, coloco a mi esposa a horcajadas sobre mis caderas. Mis manos no se quedan quietas y las suyas tampoco, comenzamos a quitarnos la ropa con desesperación, me pongo de pie con ella enrollando sus piernas en mi cintura, nos dejamos caer en la cama entre risas. La miro.

Definitivamente

Soy un tipo muy afortunado

Bajo mis labios por su cuello, mordiendo cerca de la yugular, sonrío cuando un gemido sale de su boca, reparto besos por todo su cuerpo desnudo hasta abrir sus piernas.

Dolce amoreDonde viven las historias. Descúbrelo ahora