Capítulo 21

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Karla

Nos quedamos en la cama gran parte de la mañana, ambos estábamos emocionalmente agotados por lo que hemos pasado. Me acurruco más en su cuerpo, sintiendo como mi cabeza se mueve de arriba abajo al ritmo de su respiración.

-¿Estás despierta?-

Asiento, mientras suspiro. Beso su piel desnuda para mirarlo. Las ojeras son evidente debajo de sus, no quiero ni imaginarme como estaré yo.

-¿No puedes volver a dormir?- pregunto, niega- ya somos dos-

-Han pasado muchas cosas, dea- asiento- es normal, no querer volver a dormir-

Quito algunos mechones de su rostro, acaricio su mejilla.

-¿Cada cuanto suceden las pesadillas?-

Mi esposo, suspira colocando un brazo de su cabeza para mirarme.

-Siempre han estado ahí, pero últimamente no habían estado presentes- responde- son cosas, que me esfuerzo por olvidar-

-¿Qué pasó cuando Vivianne, ni Jazmín ya no estaban?- pregunto- me refiero, como fue tu vida, estando tu solo a manos de la escoria esa-

Veo como los ojos de Enzo, se oscurecen peligrosamente, como si estuviera perdido en sus recuerdos más oscuros.

-Las cosas empeoraron- responde secamente, la tensión de su cuerpo aumenta- digamos, que la cosa esa, no aceptaba fallas, mucho menos de las mías-

Su mirada se pierde en el techo, mientras con mis manos acaricio su pecho suavemente, buscando una manera de bajar la tensión de su cuerpo.

-Debió ser horrible...-susurro

-Lo era- admite- más de lo que te imaginas, más de lo que se puede imaginar una personas, ni siquiera Annie, lo sabe-

-Pero conocer la magnitud de hasta dónde podría llegar-

Niega

-Ni siquiera, lo que vivimos Anne y yo, juntos- suspira- es la cuarta parte, que me tocó vivir a mí-

-¿Hace cuanto tiempo, que estás solo?-

Su respuesta, hace que se me estruje el corazón.

-Toda mi vida-

Siento como mis ojos se cristalizan al oír, la resignación en su voz.

-Es abrumador algunas veces...-susurra- el tener una familia, que se preocupa por ti, aunque sabes que no lo mereces-

Siento como una lágrima baja por mi mejilla, hasta la piel de su pecho. Uno de sus dedos, la limpia. Enzo, toma mi mentón para que lo mire, sonríe sin emoción.

-No llores por mí, dea- dice- no es algo que merezca-

Antes de que diga algo, me coloco encima de sus caderas, para mirarlo.

-Eros, cariño- comienzo- yo sí creo que lo merezcas-

-Karla...-

Lo interrumpo

-Escúchame-

Asiente, mientras guarda silencio. Tomo una respiración, buscando las palabras.

-Dices ser un hombre, que no merece todo el amor o cariño de una familia. Pero, lo que yo veo, es un hombre que ha sacrificado toda su vida, para asegurarse que su familia esté bien. Alguien a quien no le importa, pagar por los platos rotos si eso garantiza que ellos estén bien-

Sus ojos me miran con atención, escuchando cada una de mis palabras.

-Enzo, has sacrificado toda tu vida entera, por proteger a los tuyos. Sé que las acciones en el pasado, te han hecho quien eres y sé que eso nadie va a cambiarlo, ni siquiera yo y no busco hacerlo- sonrío- pero, eso no evita que no tengas ese buen corazón, que de alguna manera, ha soportado todo el daño- trago el nudo de mi garganta- sé que te cuesta creer, creer que ahora tienes a personas en tu vida, que te protegerían-

Dolce amoreDonde viven las historias. Descúbrelo ahora