Capítulo 12

29.5K 1.8K 134
                                    

Enzo

Suspiro mientras me paso una mano por el rostro, esto de estar en cama sin hacer nada definitivamente no es lo mío. Ha pasado una semana desde que invadieron la casa y me dispararon en el proceso, la herida poco a poco ha sanado pero a instrucciones de mi esposa- más bien órdenes- no puedo levantarme por qué corro a riesgo a que la herida se abra. Ahora sí, seré hombre muerto.

Y no precisamente por desangramiento

Termino de leer la última página del libro que le había pedido a Flavio que cogiera de la biblioteca, lo coloco encima de la pila de los ya leídos que son alrededor de diez.

Se nota que no estoy aburrido

Pienso irónicamente. La puerta de la habitación se abre, veo como la loca de Katherine entra sonriente, en cambio yo simplemente la fulmino con la mirada. Aún no se me olvida que me esposó a la cama.

-Uyy, el rey león sigue enojado- espeta en burla.

-Me pregunto, ¿por qué no te disparo y ya?- digo con mi mejor sonrisa- así dejas de interrumpir en mi habitación-

-Por que en primera y única razón-

-Tu marido me rompe las piernas, ya lo sé- ruedo los ojos- ¿Que se le ofrece, a la mismísima reina del infierno en mis aposentos?- digo galantemente.

-Bueno, venía a despedirme-

-¿Tan pronto te llaman las almas pecadoras?- digo en burla

Se carcajea mientras asiente.

-Sí, ya sabes el infierno no puede sobrevivir sin su reina- sonríe- también, por que ya terminé mis asuntos aquí-

-¿Cuándo es la exposición?- pregunto.

-Es dentro de dos meses- mira mi pierna- ¿Crees que ya estarás recuperado?-

-Lo estaré- la tranquilizo- pero aún me corten una pierna, no me perdería esa exposición, ¿qué nombre le pusiste?-

-Anziehung und Genuss- me responde

Asiento. Interesante nombre.

Atracción y Placer

-¿Tuviste mucha inspiración?-

-Uff- exclama y yo me río- demasiada, más de una vez necesite de mi muso. Para reconectarme con mi artista interior-

-Ya lo creo- respondo, sin dejar de sonreír- salúdame a los demonios de mi parte, a tu marido no-

Ella se ríe. Se acerca hasta a mí, para darme un abrazo envuelvo los míos ligeramente me deposita un casto beso en mi mejilla, susurra en mi oído.

-No la dejes ir, es buena para ti-

Asiento, sabiendo a lo que se refiere una sonrisa sale de mis labios.

-Haré lo que pueda-

-Haz hasta lo imposible- me señala- si no, yo seré el menor de tus problemas-

-Ve haciendo fila, no eres la única que me ha amenazado-

-¿En qué lugar estoy?-

-En el tercer puesto- respondo sin dudar- llevo la cuenta-

Katherine se ríe. Hablamos un par de minutos más, hasta que le avisan que el avión privado está listo para su regreso a Alemania.

-Me dio gusto verte- me dice- espero que en mi próxima visita, no estés lesionado-

-No prometo nada- niego divertido- ten un buen viaje, loca-

Cuando se va, me nuevamente solo suspiro entonces la herida comienza a picarme nuevamente, saco la pelotita anti estrés que me dio Kat. Odio admitirlo, pero esta cosa si ayuda, pero no es algo que diré abiertamente. Pasan un par de minuto hasta que la comezón se detiene y mi impulso de rascarme se va.

Dolce amoreDonde viven las historias. Descúbrelo ahora