Capítulo 7

28.8K 1.9K 221
                                    

Karla

Me remuevo en la cama buscando un mejor lugar, hasta que siento que alguien me sacude ligeramente, lo ignoro y me doy la vuelta dándole la espalda. Escucho una risa ronca pero de seguro es producto de mi imaginación, la persona vuelve a sacudirme nuevamente.

-Dea...- escucho- amore...-

Golpeo la mano de la persona cuando siento una caricia en mi mejilla, gruño y pongo mi cabeza debajo de mi almohada para que la persona deje de joder, murmurando entre mis sueños eróticos.

-Mm...- suspiro- Enzo...-

La risa se escucha un poco más fuerte pero aún así lo ignoro, nunca había dormido tan plácidamente desde que me gradué de enfermera, así que tengo que aprovechar para dormir horas extras. Mis sueños se vuelven más reales, mi marido se pierde debajo de las sabanas, subiendo mi camisón para quitar mis bragas, repartiendo besos en la cara interna de mi muslo su barba de pocos días me raspa, enviando escalofríos de placer por mi cuerpo. Se siente tan real.

No quiero despertar nunca

Suelto un gemido cuando siento su lengua perderse por mi coño y entre mis pliegues.

Oh, dios

Espera

No es un sueño

Abro los ojos de golpe y suelto un gemido alto cuando sus dientes muerden y chupan mi clítoris con fuerza, el calor de mi cuerpo aumenta junto con el placer, coloco mis manos en su cabeza para que no se mueva, Enzo disfruta de mi coño como si de un dulce se tratara. Mis piernas se tensan, sigo gimiendo de placer mientras observo nuestro reflejo desde el espejo del techo, mi espalda se arquea cuando dos de sus dedos tocan mi punto de placer. Puedo ver la figura de mi esposo perdido en las sabanas mientras sigue deleitándose con mi coño, cubro mi rostro con la almohada para callar mi grito cuando sus dientes muerden mis pliegues y no despertar a todo mundo, cierro los ojos sintiendo como estoy al borde del orgasmo.

-Oh, dios...- gimo - ¡Ah! ¡Enzo!-

Me corro con fuerza en su boca, mientras los espasmos sacuden mi cuerpo, mi esposo se bebe hasta la última gota de mis jugos y yo sigo tratando de normalizar mi respiración. Veo la cabeza de Enzo salir de entre las sábanas para encontrarnos cara a cara, veo como sonríe al ver mi expresión, me besa invadiendo su lengua en mi boca sintiendo mi propio sabor, coloco mis manos detrás de su nunca. Une su frente a la mía.

-Buenos días, dea-

-Ahora si son buenos- es lo único que respondo- me pregunto, ¿alguna vez despertaremos como la gente normal?-

Enzo se ríe

-Karla, somos gentes normales que disfrutan empezar el día con algo nuevo- niega divertido- aparte te hablé varias veces, dea. Me ignoraste y duermes como un oso-

-Entonces, ¿no era un sueño?-

-No, pero parecía que alguien estaba soñando conmigo...-arquea una de sus cejas divertido- dime, preciosa ¿sueñas conmigo?-

Abro y cierro la boca, mientras siento como mis mejillas se ponen rojas. Es verdad, he soñado un par de veces- muchas- con él, pero no son sueños dulces y bonitos.

Nunca terminan en dulce o bonito

Pero es algo que no admitiré abiertamente frente a él

-No sé, de qué me hablas- me hago la desatendida- de seguro, oíste mal...- finjo demencia- además, ¿por qué soñaría contigo?-

-¿Por qué soy un dios del sexo?- dice en tono de burla, siento como mis mejillas se ponen más rojas- cariño, si no te habías dado cuenta- aprieta sus labios para no echarse a reír- hablas mientras duermes-

Dolce amoreDonde viven las historias. Descúbrelo ahora