—Claro, cariño—

Beso su mejilla, luego la otra repetidamente hasta su nariz, tomo a mi hijo en brazos para hacerle varias cosquillas, me deleito escuchando sus carcajadas.

—¡Mamma! ¡Si fermi, per favore!—

—¿En donde más te hago, eh?— me río, pico su estómago suavemente—¿Aquí? ¿O tal vez...?— ahora pico sus costillas—¡Aquí!—

—¡Mamma!— se ríe.

—Te soltaré, si me dices que me quieres, Lea—

—¡Bene! ¡Bene!— dice entre risas— ¡Te lo diré!—

Lo suelto un momento, pero mantengo mis brazos alrededor de su cuerpo. Beso sus mejillas rojas por las risas, Leandro toma mi rostro y acaricia su nariz con la mía, sonrío de amor puro hacia él.

—Ti amo mamma con tutto il mio cuore—

—Ti amo anch'io, figlio mio. Con tutta la mia anima, non dimenticare mai—

—Mai, mamma—

Beso su frente antes de soltarlo de mis brazos, veo como se acomoda su pequeño traje y me sonríe.

—¿Y tu tío?—

Se encoge de hombros

—Lo vi yendo hacia la playa lejos, mamma—

—¿Iba solo?—

—No, una señorita lo acompañaba, se reían mucho—

Ruedo los ojos y suspiro con exasperación mezclada con diversión.

¿Por qué no me extraña que Dante, esté metiendo su pene por un agujero?

Juro que el día que se le atore en algún lugar, me reiré de su desgracia para después tomar fotos y publicarlas en internet.

—Mamma, ¿puedo ir a la playa?—

Asiento

—Pero quiero verte en la orilla, Leandro. No te vayas muy lejos de mi alcance—

—No, mamma—

Veo como se aleja corriendo para corretear a las aves que hay en la orilla, sonrío mientras niego. Sin duda, la mejor decisión que tomé luego de divorciarme fue regresar a mi amada Italia, Leandro es feliz aquí y la sombra de la escoria de su padre, no puede manchar la felicidad de mi hijo, aunque Dave hubiera intentado quitarmelo años después de que se enterara de su existencia.

Muy poca gente sabe— muy escasa — que Dave, una vez intentó quitarme la custodia de Leandro, luego de saber su existencia. Nunca había sentido tanto miedo en mi vida, como lo fue el pensar que esa escoria podría quitarme a mi pequeño hijo.

Leandro tenía alrededor de tres años, cuando la escoria que dió su esperma para su creación apareció un día en la puerta de nuestra casa. Afortunadamente, él se encontraba con Dante en el jardín trasero jugando.

Nunca olvidaré ese día, el miedo de que ese infeliz se llevara mi vida entera y lo alejara de mí. Es una de las sensaciones más horribles que puedes llegar a sentir.

—¡Te lo juro, Marissa! ¡Pelearé la custodia y llevaré a mi hijo lejos de aquí!— sonríe— en el momento que el juez, dicte a mi favor no volverás a verlo—

—¡No te lo llevarás, Dave!— grito— ¡Sobre mi cadáver te llevarás a mi hijo! ¡Dejó de ser tu hijo en el momento en que me divorcié de ti!—

—¡Mi hijo merece tener un padre!—

—¡Él ya tiene un padre pedazo de mierda!—

Dolce amoreWhere stories live. Discover now