No Es Su Culpa

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Cara
Me siento incomoda. La cama de Cain no se siente segura. Ya perdí la cuenta del numero de veces que he girado sobre mi eje, simplemente algo va mal. Puedo sentirlo. La ansiedad hace mis manos repiquetear y en mi pecho se extiende la inseguridad.

Como si fuera para reafirmarla un ruido se extiende en la planta baja y me hace dar un salto de la cama. Corro a encerrarme. Cierro las puertas y ventanas de la habitación de Cain y busco algo para defenderme. Me refugio en una esquina de la habitación temblando de miedo. Esta aquí, vino por mi. Estoy segura.

Escucho el grito de lo que parece ser Linda y el pánico me atrapa cuando me dan ganas de vomitar, el ruido desgarrador de un golpe suena luego de su grito, y poco después se hace el silencio. Cuando comienzo a levantarme me regreso de un golpe con el segundo sonido, y esta vez es el padre de Cain el responsable del quejido.

Corro por mi teléfono debajo de la almohada y mis dedos no alcanzan a marcar a la policía cuando se descarga. Lloro de impotencia viendo como va a terminar esto.

El Toc Toc en mi puerta me hace morder la almohada para no hacer ningún ruido, ni de loca voy a acercarme, si va a matarme que lo haga aquí dentro.

—Cara.. —susurran detrás de la puerta— soy yo.

Me levanto sin dudar y voy directo al pestillo de la puerta abriendo. El alivio es instantáneo y me da un rápido vistazo inspeccionandome.

—Esta aquí—es lo único que puedo articular en un susurro—. Esta aquí y vino por mí.

—No voy a permitir que eso pase.

Me toma de las manos para salir de las escaleras y adentrarnos a la parte trasera de la mansión, derrepente todo esta en silencio y aferro mi mano a la única persona que puede darme seguridad en estos instantes. Me guía por la puerta trasera y cuando veo la salida de la mansión puedo respirar nuevamente. Nos subimos a su coche conmigo todavía temblando y me enfoco nada más en mi respiración. Respira Cara, respira.

Cuándo por fin me calmo es que puedo comenzar a pensar.

—¿Qué les pasó a tus padres? —la inquietud se abre en mi garganta.

—No sé... —esta demasiado alterado.

Se pasa las manos por la cabeza incontables veces y su respiración es agitada, cuando voy a poner mi mano sobre la de él, me detengo abruptamente reparando sus nudillos.

—Abel... —digo temblando. Él me confundido—¿Qué...qué te pasó en la mano?

Él observa sus nudillos con miedo, manchados de sangre y reventados. Me aferro a la puerta como impulso.

—¡Siéntate!

—¡Deten el maldito auto! —le grito devuelta.

—¡Te estoy protegiendo de él! ¡No sabes lo que dices! ¡Quiero alejarme de él!

—¿De quién hablas?

—Lo siento mucho, él lo hizo. Estoy seguro, yo...yo no puedo recordar nada de lo que hizo, y le hizo algo a mis padres.

Abel tiembla sin cesar y no puedo parar de llorar, la verdad me azota en la cara sin darme tregua de procesarlo. Me inunda el pánico cuando golpeo la ventana sin parar. Pero luego, todo se vuelve negro.

***

El cuello me duele cuando me levanto. Sangre seca se topa con mis nudillos cuando me toco la zona, estoy aterrada, tengo atado un tobillo y me encuentro en el sótano de mi casa. El ruido de las llaves me hace darme cuenta que no estoy sola.

Neutral [+18] [COMPLETA] [LIBRO #1 BILOGIA DECISIONES]Kde žijí příběhy. Začni objevovat