Neutral [+18] [COMPLETA] [LIBRO #1 BILOGIA DECISIONES]

Control

El control es un aspecto importante, si de nosotros dependiera el control ¿Cuánto equilibrio poseerán nuestras vidas? Si pudiéramos tener la oportunidad de escoger nuestras horas de trabajo, carrera, familia.

Se siente bien, ¿verdad? Ser una clase de Dios con el poder de controlar todo lo que está a tu alrededor. Pero cuando invertimos el papel y dejamos el control a otra persona te conviertes en la marioneta, ya no suena tan lindo, ¿no?

El mundo se volvió en una línea de control aplicable con todos, el jefe controla al gerente, el gerente a los empleados, la chica que te gusta te controla dependiendo el interés que le pongas, tu amigos controlan los límites que posees al publicar algo en las redes, tus padres controlan tus desiciones.

¿Miedo? Bienvenido a la realidad.

Pero qué pasa cuando son las emociones las que tienen el control de nuestro sistema. Según Aristoteles, las emociones son conceptos emotivos que posee el ser humano que pueden llegar a causar susceptibilidad. Algunos piensan que son indefensas, pero la verdad es que te vuelven débil en algún momento, la vulnerabilidad es peligrosa, si te sientes alegre y llega un momento de tristeza te convertirás en una depresión andante, si estás calmado y llega la furia va a nublar cualquier pensamiento que tengas. Las emociones son capaces de cambiar tu juicio.

Observar a Cain golpear al Quaterback de los Cowboys me da muchísimos motivos para darle la razón a Aristoteles. Me aterra la velocidad en la que Abel y yo bajamos por las gradas del estadio para llegar a la cancha. Me retuerzo entre cuerpos voluptuosos y gigantescos para abrirme paso entre la masa de jugadores y llegar al que está bañado en un charco de sangre.

—¡Sueltalo maldición Williams! —el coach intenta acercarse para separar a Cain pero retrocede con el miedo de que le suelte un codazo en el rostro.

Abel sin ningún miedo lo toma del brazo arrancandolo del otro jugador, le da lugar a los médicos para llevárselo en una camilla y alejarlo del campo, otro de los Cowboys se acerca a Cain para seguirlo provocando y al observarlo dejándose llevar por la furia mis reflejos son automáticos.

—¡Detente! —su puño queda suspendido en el aire cuando me meto en medio de ambos jugadores, de inmediato se activa su interruptor de apagado. Nuestras respiraciones están agitadas y se crea un silencio sepulcral.

—¿Eso querías Williams? ¿Unas lindas nalgas para parar? —el otro jugador aprovecha el momento para insistir con su hostigamiento.

En menos de un segundo me aparta firmemente y se abalanza sobre el otro jugador, su golpe es tan fuerte que logra quebrar una parte del casco. Doy un paso atrás aterrada. Cuando está a punto de darle otro puñetazo es Abel el que se atraviesa, pero el botón de apagado no se activa y termina dándole en la nariz.

Mi mente vuelve a pisar la realidad y me obligó a jalarlo del brazo para hacerlo retroceder.

—¡Mira lo que haces! —se deja guiar por mi hasta llegar a dejarlo retroceder lo suficiente. Me acerco a Abel para ver el caos de sangre que se acumula en su nariz. Pero en este caso me preocupa que Cain vuelva a hacer otra escena.