Neutral [+18] [COMPLETA] [LIBRO #1 BILOGIA DECISIONES]

Malteadas

¿Alguna vez tuvieron algún lugar especial? Ese dónde todo desaparecía, y solamente existias tú en el presente, y sorprendentemente todo lo demás se desvanecía. Como si fuera magia, un lugar seguro, donde podías contarlo todo y sabrías que tu secreto estaría a salvo para la eternidad.

Para mí ese lugar era Milli's, una despampanante cafetería que fue construida en los ochenta y hasta la fecha sigue en pie, con sus vestidos de faldas abultadas, los pañuelos en la cabeza, las rocolas, Elvis, y las cafeteras viejas. Siempre me había encantado pasar el mayor tiempo posible aquí, la señora Mel me conocía porque papá solía llevarme cada vez que podía, aunque no estoy muy segura que me recuerde ahora, han pasado casi cinco años desde la última vez que visite el lugar.

El olor a las malteadas y pan dulce me llena de felicidad y, como dije, derrepente todo desapareció. Solo éramos la cafeteria, yo y Cain, que me veía como si estuviera loca pero al menos yo sé lo que es tener pasión.

—Deja de verme así.

—Deja de verte así.

—No tiene sentido.

—Exacto.

Sonríe con picardia y se descuelga el casco, lo coloca en el retrovisor de la motocicleta y se acerca a mí detallando el gran letrero con el nombre del restaurante frente a nosotros. Pasa el brazo por mis hombros algo cansado por el viaje, fueron dos horas de camino, y me anima a entrar junto a él.

Lo primero que hacemos es buscar una mesa donde sentarnos, y me da nostalgia observar que el menú no ha cambiado para nada su estilo, siempre conservador y único. Cain observa fastidiado todo esto, definitivamente no es su estilo, pero aprecio el esfuerzo que está haciendo por tragarse el orgullo.

—Creo que pediré una malteada de cholate—menciona con un pequeño brillo en los ojos.

—¿Hace cuánto no comes chocolate?

—Desde que el entrenador impuso la dieta alimenticia para la temporada, o sea que desde que entre al equipo.—vuelve a ver el menú como si nada raro estuviera pasando.

—¡¿Cinco años?! Pero si era tu postre favorito.

—¿Y? Tú también lo eres y no me ves comiendote a cada rato. Aunque podría arreglarse.

Le pego una patada por debajo de la mesa ante su atrevimiento, me sigue dando pena la forma en que habla sin barreras en público, y más si se refiere a mí. Intento disimular un poco mi sonrojo ocultandome entre mi cabello. Y para cuando va a burlarse de mi divisó a la camarera acercándose a nosotros.

—¡Buenas tardes! Mi nombre es Ariette y sera su mesera por hoy, ¿qué les traigo? —la mesera sonríe de forma amable.

—Disculpa—digo atrayendo su atención—tu nombre me suena. ¿Nos conocemos?

—¿Cómo te llamas?

—Cara.

—¿Cara? ¿Cara James? ¿Hija de Phill James? —pregunta emocionada.