Neutral [+18] [COMPLETA] [LIBRO #1 BILOGIA DECISIONES]

Impostor

Vayan a dejar sus comentarios en mi ig del Cap: Dayanara_hill05

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Cara
La ropa interior se adhiere a mi cuerpo como una segunda piel, los cosquilleos en mi estómago no desaparecen y es lo único que necesito para encaramarme a besar al demonio que tengo frente a mí. El alcohol me vuelve bipolar, hace unos segundos estaba huyendo del que ahora tengo ganas de coger.

Sonrío en medio del beso que probablemente haya dejado a media fiesta embarazada. El cabello me escurre y tengo medio cuerpo fuera de la piscina y a Cain sentado en una de las gradas conmigo pegandome como garrapata intentando aliviar un poco las pulsaciones desesperadas de mi zona baja, fricciono la pelvis cuando me sujeta por el trasero con inminente desesperación. Sus besos se han tornado desesperados desde hace unos minutos y sólo quiere decir que su paciencia está llegando a su límite.

Me excita la idea de que me posea de forma agresiva, sin lamentos ni arrepentimientos. La primera y última vez que lo hicimos ambos acordamos nunca volver a hablar de ello, y aunque ambos estábamos desesperados por intentar dejar de sentir, a ambos nos tiró el arrepentimiento. Fue demasiado tarde cuando me di cuenta que intentaba dejar de sentir en ese momento, y terminé sintiendo demás. Esa noche me sentí de la mierda porque fue la noche en que no pude seguir huyendo de lo que sentía por él. Al levantarme la mañana siguiente me sentí una idiota y salí sin dejar nada, al final de cuentas él me iba a echar de todas formas. Luego ambos nos hicimos los locos y esa noche se extinguió. Pero ahora no puedo evitar sentirme mal. Un sollozo escapa inevitablemente cuando lo beso y se detiene abruptamente.

—¿Qué sucede? —pregunta examinandome. Niego e intento volver a acercarme, pero me aparta de nuevo— Dime que pasa.

—Nada—¿por qué carajos estoy llorando?

—Estas llorando Morrigan—dice rodando los ojos—. ¿Te lastimé?

—No—digo rápidamente—. Es que yo siento mucho lo de la otra noche...

—¿Lo del auto? —se pone serio—Eso no fue tu culpa...—interrumpo.

—No, no esa noche— el pobre hombre se ve confuso—. Ya sabes, la otra noche, cuando nosotros....es decir...

De repente parece comprenderlo y frunce los labios con una mirada comprensiva. Me acomoda nuevamente sobre sus piernas de manera que ahora debo levantar la mirada para verlo a los ojos.

—Esa noche lograste que sintiera lo que millones de chicas no lograron hacer en varias...

—Un momento, ¿millones? —pregunto con una mueca.

—Y sin importar dónde o cuándo pasó—prosigue ignorando mi pregunta—, lo único que importa es la línea que marcó en nuestras vidas. Yo te aseguro que luego de esa noche me prometí que, aunque no llegaras a volver a ser mía, me aseguraría que fueras feliz con quien sea.