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Katerina

- le dije que estaba celosa de Alicia. Que era todo lo que tenía y que tenía un efecto enorme en mi.- digo caminando de un lado a otro nerviosa.- ¡le besé! Por Dios...

- relájate.- trata de calmarme Avani.- si no te ha dicho nada puede que no lo recuerde él tampoco. ¿Seguro que estaba sobrio ayer?

- si. Solo yo estaba borrachas diciendo tonterías.- me avergüenzo de mi misma.

- tarde o temprano debía enterarse.- aconseja entre comillas mi amiga.- ¿qué? Solo digo que es mejor que se haya enterado rápido y fácil que tener que pasar otros dos meses encerrada en lo que sientes por él.

- pero no me dijo nada del tema.- explico sentándome frente a ella.- está claro que no siente lo mismo. Si lo recordara y fuera así me habría dicho algo Avani.

Esta vez se queda callada porque sabe que tengo razón. Pues claro que tengo razón. ¿Qué esperaba? ¿Que confesará sus preciosos sentimientos hacia a mí de camino a una cita en la playa? Claro que no Kat.

- eh, puede que le de vergüenza.- acota intentando mejorar la situación.

- ha tenido decenas de novias antes, no creo que le de vergüenza decirme si le gusto o no. Está claro que no.

- yo creo que deberías hablar con él. Ya han pasado cinco días desde esa noche, ambos sois lo suficientemente maduros para hablar de ello.

La miro unos segundos sin saber que hacer. Podría intentar sacar el tema. Aunque sea disimuladamente.

Vinnie

La rubia me besa el cuello lentamente dejándome soltar un par de suspiros. Ya eran las diez de la noche y estaba cansado. Al mismo tiempo quería despejarme, dejar de pensar. Dejar de pensar específicamente en ella.

- vamos a hacer algo de cenar.- su voz ilusionada hace que sonría levemente. Podría enamorarme de ella, de Alicia digo.

La sigo a la cocina mirándola caminar rápidamente con mi camiseta gris.

- si.- contesto mi teléfono. Son los chicos.- ¿seguís ahí?...¿aún no ha cerrado el trato?- hago una pausa.- decidle que si sigue con las amenazas iré yo mismo a verle.

- me gustas así...de chico malo.- dice Ali dándome una sonrisa insinuante.

- ¿si?- pregunto haciéndome el tonto acercándome a ella y dándole un pequeño beso.

Y otra vez.
Sus labios no sabían a whisky de los cincuenta. Ni me hacían sentirme en una nube.
Cada vez que la besaba me acordaba de Kat.

- ejem.- nos separamos y miramos a la puerta. Quien menos esperaba.- siento interrumpir.

- ¿no te quedabas en casa de Avani hoy?- pregunto algo nervioso.

- si pero...- tartamudea y se ve que no está cómoda.- tengo que hablar contigo. En privado.

Alicia parece algo molesta pero acaba asintiendo y dejándome ir al jardín con la morena.

- estás con ella aún.- dice con una sonrisa notablemente falsa. Parecía estar mal.

- ¿algún problema?- cuestiono evitando siquiera mirarle a la cara. Estaba seguro de que si lo hacía caería otra vez.

- si.- responde firme.- quería hablar contigo del viernes Vinnie.

Mi corazón se acelera. ¿Está loca?

Katerina

Estoy loca. No debería haber venido.
¿De verdad pienso decirle todo lo que siento después de verle besar a la chica perfecta?

- no sé si tengo tiempo de hablar ahora Nina...- interrumpe mi propuesta tratando de volver a casa.

- te quiero.

Frena y se queda un par de segundos así hasta que se gira a mirarme.

- y yo a ti.- acota sin más.

- no.- suelto agobiada.- me refiero a que te quiero. - hago una pausa.- te quiero para verte todos los días ponerte la chaqueta negra vieja de tu hermano, para correr detrás de ti cada vez que me robas parte de mi comida. Cuando te pone esa camisa negra de vez en cuando, cuando te afeito la cara entre riñas.- noto mi pecho arder.- te quiero Vinnie. Para más que para ser 'amigos'.

Su cara es para pintarla. No dice nada pero se ve que está paralizado.

- yo...supuse que no querías nada conmigo porque sé que te dije todo esto el viernes, se que te besé.- explico de nuevo.- no sacaste el tema y pensé qué significaría que no sientes lo mismo. Y aunque desee con todas mis fuerzas que no sea así, si lo es, quiero que lo sepas igual. No puedo seguir haciendo que me da igual verte con ella, que no me importa que me hables mal o ni me hables cuando te da la gana. Así que, ya está dicho me quieras o no.

Sigue en silencio cruzado de brazos y con el ceño fruncido.

- si algo por favor.- ruego limpiándome las lágrimas de los ojos con la mano.

- no...- comienza negando.- no puedo Katerina.

Ni siquiera se queda a mirarme a la cara. Se gira y entra a la casa dejándome en el jardín sola con el corazón latiendo fuerte pero lento. Sin saber que acababa de pasar.

Arcade; Vinnie HackerDonde viven las historias. Descúbrelo ahora