Arcade; Vinnie Hacker

7

Kat

- ¿que tal vas con Bryce?. Se os ve felices.- habla la cumpleañera al verme parada en una esquina observando a los chicos jugar a ver quien bebe más rápido.

- bien.- digo sin querer dar mucha información. Le doy un sorbo a mi bebida.- está bien para unas semanas, pero no quiero que piense que quiero algo más. Siento que puede malinterpretarme y jamás querría hacerle daño.

- si, te noto estresada.- casi escupo la bebida del susto y la miro sorprendida.- ¿qué?, te conozco desde que eramos niñas Kat, se ve cuando algo te preocupa.

- Vinnie lleva semanas extraño...- respondo en un tono bajo y cansado.

- ya.- replica ella del mismo modo sonriendo para posar su mirada al frente.

- ¿qué?.- digo confusa ante su pasividad.

- está enamorado de ti desde los ocho años Katerina. Es normal que esté así al verte con otro.- responde sonriendo y pasándome otra cerveza.

- eso es imposible Avani, no digas tonterías.- comienzo a decir más seria.- estará nervioso con algo de sus negocios.

- se ha dado cuenta todo el mundo excepto tú. Sorpresivamente eres la lista de los grupos.- se burla levantándose.

- en serio, déjalo. Vinnie siempre ha tenido novia, no tiene sentido que sienta algo por mi por más de diez años.- le respondo nerviosa levantándome con ella antes de que ella me mire con una sonrisa y encoja los hombros para irse y dejarme ahí sola.

La fría brisa atraviesa el espacio entre mis botas y mis piernas a la vez que mueve mi pelo hacia atrás siendo mucho más confortable.
Me siento en el suelo agradecida de haberle robado los cigarros a Tomas antes de bajar del coche.

Enciendo lentamente el instrumento de matanzas antes de ponermelo en la boca tras rodear la terraza una última vez con la mirada. Menos mal que estaba vacía, podía relajarme unos minutos.

- hey.- la voz de Bryce entrando a la terraza hace que se me pongan los pelos de punta asustándome.- me recuerda a la terraza en la que hablamos por primera vez en serio.- habla riendo levemente mientras se sienta a mi lado.

Asiento con una sonrisa y le ofrezco el cigarro recibiendo un asentimiento por su parte.
Estaba muy atractivo esta noche. El pelo oscuro alborotado y la camiseta negra de manga corta contrastando con sus ojos, le favorecían muchísimo.

- ¿has visto a Anthony y Avani?. Parecen dos caramelos pegajosos.- dice sonriente mientras le da una calada al cigarro. Aisento de nuevo.- aún así daría lo que fuera para tener algo como lo de ellos.

Le doy una mirada sorprendida y algo extrañada que parece hacerle dudar y se queda mirándome.

- ¿qué?, no me digas que no querrías tener a alguien así, ¿sabes?, la típica historia de amor perfecta.- dice devolviéndome el cigarro y mirando al cielo oscuro.

- no.- digo sin más haciendo que el me mire confuso. Esto era lo que temía. Que sintiera algo por mi.

- ¿entonces qué quieres?.- pregunta esta vez confundiéndome a mí.- digo, ¿qué visión tienes del amor si no quieres a alguien como Avani o Anthony en tu vida?.

- bueno.- digo sin saber que decir.- en este mundo hay dos tipos de personas: los románticos desesperados, y los realistas.- hago una pausa y él me mira atento levantando las cejas.- un realista simplemente ve una cara bonita y la incluye en el grupo de todas las demás chicas o chicos guapos que haya visto durante su vida.- trato de explicar mientras él se cruza de brazos y me pasa el cigarro de nuevo.- un romántico desesperado se convence de que Dios los puso en la tierra para estar con esa cara bonita.- sonríe por alguna razón aunque no exgeradamente.- pero no hay un Dios y la vida es tan significativa como tú quieras pensar que es.

- oh.- dice simplemente mirándome a los ojos.- ¿eso quiere decir que nunca te has enamorado?.

- estar enamorado es como prepararle una mesa llena de manjares a alguien que jamás llegará.- replico mirando esta vez al frente y suspirando.- creo que paso.

Cruzo miradas con él y noto como solo me mira embobado, como si tuviera algo raro en la cara. Su sonrisa es leve y tranquila y en sus ojos se reflejan las luces amarillentas que rodean la terraza.

- ¿qué?.- cuestiono algo incómoda y él se acerca un poco más a mí sin dejar de mirarme a los ojos.

- la persona que te haga cambiar de opinión será la más afortunad de este planeta.- acota antes de juntar sus labios con los míos dejándome sin saber que hacer.

Sus labios esta vez bailaban lento junto a los mios y su lengua consoloba la mía sin agresividad ni nulidad como solía pasar habitualmente.
Me separo de él haciendo que se asuste.

- yo...no puedo.- digo antes de levantarme y salir de la terraza. Aceleró hasta fuera de la casa y decido que esta vez me iré andando sin los chicos. Rezando por llegar sana y salva.

Solo pienso en si me merezco enamorarme después de todo lo que he pasado, o debería ignorar la situación. Bryce me hace sentir bien. Pero no me siento completa a su lado.