Capítulo 39

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Desde donde estaba él me miraba, atentó a todo movimiento mío. Por mi parte en lo único que podía pensar era en cómo huir para poder escapar de esta fatalidad, pero ¿A dónde iría? y ¿Por que me iría? . . .

Él no estaría esperándome afuera, nunca más lo estaría.

<<Ven a mí>> 

Escuché la voz de Lucien en mi mente

<<¿O deseas que algunos de tus amiguitos sufra?>>  

Miró de reojo hacía un punto en especifico lo cual me causó una mala sensación, por lo que a la fuerza empecé a moverme hacía donde él estaba.

Avancé a regañadientes, caminé lentamente por todo el ambiente y pude darme cuenta que a los costados habían asientos en donde estaban ubicados miembros de su manada a la izquierda, mientras que mis conocidos a la derecha, pero no estaban solos, ya que cerca de ellos habían varios de la manada de Lucien y estos estaban parados de forma amenazante como si estuvieran a la espera de una orden para dejar que la sangre escurra.  Entendía porque había mirado en esa dirección. 

Maldito 

Pude ver el rostro de las tres lideresas, quienes estaban usando cadenas no solo en sus muñecas, también en sus cuellos, delante estaban Aslan y Ragnar, Melissa y Ariana y otros miembros de Nanshe, guerreros y guerreras para ser exacta; miré de reojo al lado de Lucien y en primera fila encontré a Lovanna agarrando del brazo a Tarim, quien solo se limitaba a mirar al piso, su tristeza era perceptible a kilómetros, mientras que la sirena a su lado no escondía su felicidad. 

Llegué al lado de Lucien y me tomó de las manos apenas me posicioné a su izquierda. 

- Estás bellísima, mi reina. 

No respondí.

Un hombre mayor vestido con una túnica de color blanco apareció por una puerta del lado derecho y se paró delante de nosotros:

- Esta noche - empezó a hablar - estamos aquí reunidos para unir en un sagrado destino a este macho y a esta hembra, bajo la atenta mirada de nuestra madre, La Diosa Luna, y en su presencia llevaremos a cabo este ritual de eterno amor y devoción.  

La luna, de pronto, empezó a alumbrar en todo su esplendor la estancia, había llegado a su máximo punto, de tal forma que caía en perfecta sincronía con una abertura que estaba ubicada en la parte de arriba del lugar. 

- Me llena de dicha ser el responsable de llevar a cabo este ritual que conocemos como "La Marca" - hizo una breve pausa - Tienen que saber que una vez hecho esto todos los licántropos del mundo sabrán que uno le pertenece al otro y viceversa, que sus almas y emociones serán complementarias, tanto el uno con el otro como al contrario, sabiendo esto, ¿Desean seguir con el proceso? - preguntó - una vez accedido no hay vuelta atrás.

Primero miró a Lucien.

- Sí, sí quiero - respondió sin dudar.

El hombre me miró a mí y espero una respuesta, mas yo no decía nada, era evidente lo que en verdad quería: escapar de ahí, huir lo más lejos posible, estar lejos de él, reencontrarme de alguna forma con Rowan.

Sentí las malditas lágrimas arremolinarse en mis ojos, quise llorar, pero las palabras que en una oportunidad Rowan me había dicho vinieron a mí:

<< No puedes dejarte vencer . . . no así . . . no por él - se arrodilló delante de mí rostro y lo tomó con sus dos manos. - Mírame >>

Cerré brevemente mis ojos y en plena oscuridad pude diferenciarlo a él: sonriéndome, contemplándome, amándome; sus ojos oscuros brillaban cual luceros en una noche amenazada por la escasez de Luna, su cuerpo desnudo junto al mío y sus palabras de amor que nunca me abandonarían. 

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