Capítulo 21

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Tras comer lo que había en nuestros respectivos platos nos invitaron a pasar a la sala de fiesta. Una vez dentro había mucha gente que, tras el discurso de Lucien, se acercaba para felicitarlo y asegurar que sus votos estaban con él.

Lucien sonreía complacido por los halagos que recibía y no negaba que eso también me alegraba; bueno, algo.

Todas las personas que se reunían con él le ofrecían vasos de néctar y él los bebía sin problema. Un vaso tras otro iba quedando vacío tras abandonar sus labios, al darme cuenta de eso tuve que intervenir, puesto que no quería que terminara mal en su noche.

- Cariño - lo llamé

- Cieeeliiito - arrastró las palabras.

- ¿Estás bien? - algo me decía que mi reacción fue muy tardía.

- Claaaaro queeee sí

No, no estaba bien.

- Creo que sería mejor si dejas de beber un poco - traté de quitarle el vaso que tenía entre las manos, pero él se movió rápido evitando que ejecutara mi idea - shshshshsh - puso un dedo sobre mis labios - esto se pondrá bueno, cielito, sigamos, sigamos.

Traté de decir algo, pero retomó la conversación que tenía con el señor en su enfrente.

Rodé los ojos.

Y yo bien creída que la que tenía muy poca resistencia con el alcohol era yo, ahora me daba cuenta de que me ganaban y por mucho.

Cuando Lucien se lo proponía podía ser muy terco, mis palabras no lo harían cambiar de opinión, por lo que decidí buscar la artillería pesada.

- Aslan, Ragnar - los llamé apenas los vi.

- ¿Qué pasó, Darya? - se acercaron a mi llamado

- Cuiden a Lucien, está picado, debo buscar a Lou.

- Pero, Darya - hicieron muecas de disconformidad - la fiesta - se quejaron, pero no hice caso, me alejé rápidamente en busca de ella.

Buscar a Lovanna entre tantos cuerpos que se movían al ritmo de la canción "Kiss me more" de Doja Cat fue muy complicado, mas no imposible; logre divisarla al lado de la mesa de bebidas, estaba recibiendo un poco de néctar.

Aproveché la oportunidad y fui directo a ella.

- Lovanna - la llamé apenas estuve a su costado

Ella me miró sonriente.

- Darya

- ¿Cómo estás? - pregunté.

- Bien, el ambiente está muy cómodo y la música ni que decir, espectacular. - comentó - ¿Y tú?

- Bien, también - me límite a decir.

Una chica de cabello bicolor, negro y blanco, le tendió el vaso que contenía el líquido que tanto mal me hizo la primera vez que lo tomé y no pude evitar arrugar la nariz, ni loca lo volvía a probar.

- ¿Está rico? - traté de buscar un tema de conversación.

Ella miró el vaso comprendiendo a lo que me refería.

- Es para Tarim- explicó - se ha ido al baño, ahora vuelve - me dio una sonrisa.

- Oh - fue lo único que dije.

- Estrella de mar - La voz de Tarim sonó entre toda la música.

Una resplandeciente y muy grande sonrisa apareció en el rostro de la sirena delante de mí.

La Limerencia Del Lobo Where stories live. Discover now