Capítulo 26

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La noche ya había llegado y, tal como se había prometido, al sentir el primer rayo de luna adentrarse en el agua todos empezaron a moverse hacia las tierras del hombre.

El camino fue silencioso, pero a paso firme.

Cuando llegamos a la orilla de la playa todos procedieron a iniciar su transformación y adoptaron una postura bípeda para poder avanzar y esconderse entre la maleza.

- Darya - Pushaq me llamó.

Giré hacía ella.

- Trae al pilar de la creación, trae al pequeño que posee la habilidad del aire, a su cuidadora y . . . a su protector - ordenó - nosotras decidiremos si es fidedigno lo que dice.

Asentí y salí a la búsqueda de ellos.

Corrí todo el camino sintiendo como el aire chocaba contra mi piel desnuda y sintiendo como desordenaba mi mojada cabellera. Cuando noté que delante de mí se extendía una gran muralla que protegía a una pequeña población entendí que había llegado a la manada del lobo rojo, a la manada donde estaba Marium, Ben y . . . Rowan.

Me acerqué lentamente y de pronto la voz de una chica se oyó.

- ¡Avistamiento! - gritó a todo pulmón.

De un momento a otro aparecieron varios arqueros, ante eso levanté mis manos a modo de paz y hablé.

- Soy Darya, hija del mar, mate del alfa de la manada Colmillo - respiré un poco - he venido aquí en son de paz y en busca de su Alfa: Rowan.

La misma chica que habló primero hizo un ademán y todos bajaron sus armas.

- Háganla pasar.

Inmediatamente las puertas se abrieron y dos mujeres armadas se acercaron a mí para escoltarme a la entrada.

- Buenas noches, Luna de Colmillo - me saludaron con una inclinación de cabeza.

- Buenas noches - saludé de vuelta.

Avanzamos entre varias casas, debía de admitir que el ambiente en este lugar se sentía muy ligero y familiar y también, por primera vez, no me sentí incomoda, ya que por más de que me encontraba completamente desnuda nadie me miraba despectivamente o decía algo al respecto.

- Llegamos - la chica que se encontraba a mi izquierda habló.

- Gra . . . - me quedé callada cuando noté que era Melissa, la chica de cabello bicolor que fue testigo de la imprimación de Tarim. - Gracias.

Ella se quedó un poco confundida por mi reacción, mas no dijo nada solo se retiró con la otra chica.

Miré por delante de mí y una puerta color caoba se alzaba en todo su esplendor, estaba a punto de tocarla cuando esta se abrió, dejándome ver al "peor" de los entes oscuros: Rowan.

- Darya - susurró mi nombre.

- Rowan - traté de sonar firme, pero algo me decía que mi tono de voz fue algo más parecido al anhelo.

- Estás bien - dejó de agarrar la puerta y se abalanzó hacía mí para abrazarme.

Sin dudar, también lo rodeé y me di la libertad de sentir su aroma, era tan adictivo, tan exquisito, de alguna forma, deseaba que quedara impregnado en cada parte de mí.

- Darya . . . - Rowan volvió a susurrar mi nombre - Yo ten . . .

- Da . . . Darya - la vocecita de Ben me sacó de mi burbuja y lo interrumpió - !Hermana¡

Rowan y yo nos distanciamos y me acerqué al cuerpito de Ben para abrazarlo también.

- Es un gusto volver a verte, pececito - acaricié su nariz suavemente a lo que él sonrió.

La Limerencia Del Lobo Where stories live. Discover now