Capítulo 34

53 2 0
                                    

Estaba anonada, lo que estaba delante de mis ojos simplemente era una total masacre, una horrible matanza. 

Lo que en algún momento fueron casas, ahora solo estaban reducidas en pedazos de madera quemada o en paredes destruidas; se escuchaban lamentos desgarradores por todos lados o simplemente sollozos que lograban erizar la piel de cualquiera. 

Me bajé como pude del lomo de Rowan y utilicé mis habilidades para poder apagar el fuego que, si no era frenado, estaba segura de que alcanzaría al bosque y esto pasaría a ser una peor escena, pasaría a ser como estar en el mismo infierno.

Me concentré en reunir todo el agua que fuera posible, elevé mis manos como si estuviera intentando tocar el cielo, por lo que el agua siguió el camino, cuando consideré que ya estaba lo suficientemente elevado lo dejé descender como si fueran gotas de lluvia sobre el fuego; poco a poco las llamas se fueron disipando, eso era lo bueno, pero lo malo era que no podía decir lo mismo por las personas que se encontraban tumbadas en la tierra a simple vista uno se daba cuenta de que algunas estaban agonizando, mientras que otras ya se habían dado por vencidas.  

- ¿Qué ha pasado acá? - no pude evitar formular una pregunta demasiado obvia.

- No tiene límites, ese desgraciado . . . no tiene ningún maldito límite - maldijo Phoenix con los labios entrecerrados. 

- Acerquémonos, puede haber algún sobreviviente - Asiri propuso y todos nos movimos hacia la escena del crimen.

Las tres lideresas caminaron hacía la parte posterior de la manada, mientras que Ariana y Tarim, aún en su forma lobuna se dedicaron a ver dentro de cada casa, Phoenix se encargó de reconstruir la tierra y plantas que durante el incendio habían quedado gravemente dañadas y por último Rowan y yo caminamos por el alrededor del lugar. 

Me aferré de un mechón de su rojizo pelaje y traté de andar lo más pegada a él, puesto que el devastador paisaje que tenía alrededor de mí en ese preciso momento solo provocaba un gran miedo en mí, ya que una pregunta se hacía presente: 

¿Podríamos terminar así?

¿Acaso al final de toda esta maldita historia nosotros nos volveríamos tan solo cenizas y cuerpos chamuscados?

Mi cuerpo tembló ante una posible afirmación.

<<Canela fina>> La voz de Rowan resonó en mi mente.

Lo miré.

<<Tus pensamientos son muy negativos>> 

<<Perdón>> me disculpe, lo último que deseaba era que él cayera en el pesimismo también. 

<<Tienes que saber . . . que pase lo que pase siempre estaremos juntos, a donde sea que vaya te tengo conmigo, eres mi primer pensamiento al dormir y al despertar; ya te lo dije hace un rato, princesa, "cuando todo esto acabe superaremos estos episodios juntos" no te rindas cuando ni siquiera hemos empezado>>

Me detuve un momento y, por ende, el también lo hizo, así que aprovechando ese momento lo rodeé como pude. 

<<Tengo miedo>> admití 

<<Yo también>> confesó <<Pero, a pesar de eso, si estoy contigo puedo seguir adelante y eso es lo que haré; avanzaré porque sé que después de todo esto nos espera una vida en la que podremos disfrutar de nuestra compañía. Sigamos adelante, Darya, y si temes, dímelo, contra viento, fuego, marea y tierra yo siempre seré tu escudo, ¿Está bien?>>

Me aferré a su cuerpo y asentí, cada minuto a su lado era como una bendición para mí; a pesar del espantoso escenario a nuestro alrededor, me sentí segura a su lado y sabía que solo sería con él que me sentiría así, no quería cambiar ninguno de estos momentos jamás. 

La Limerencia Del Lobo Where stories live. Discover now