Al despertar me sentí desorientada porque no reconocí el lugar en el que me encontraba. Sin embargo, al sentir sus brazos rodeándome la cintura y sus piernas envueltas con las mías todo tipo de angustia se disipo.
Lo miré detenidamente: sus cejas y pestañas eran pobladas, su nariz era recta, pero definitivamente eso le daba un aire más masculino a su rostro, a pesar de ciertos rasgos femeninos que tenía, sus labios eran un poco desparejos siendo el de abajo más ancho que el de arriba, mas, a mi punto de vista, se veían apetecibles.
¿Eso pensarán las demás al verlo?
- Ya te he dicho que no me interesa lo que piensen las demás, mientras no seas tú no pienso darle algún tipo de importancia.
Su voz adormecida sonaba exageradamente sexy.
- Buenos días
- Buenos días
Me dio un corto beso en la mejilla.
- ¿Dormiste bien? - empezó a dejarme libre de su agarre.
- Fue algo extraño, es la primera vez que duermo fuera de mi hogar . . . y con alguien - me estiré apenas terminó de desenredarse - pero admito que me gustó, algo, dormir así.
-Me alegro de escuchar eso - él hizo lo mismo y se levantó de la cama - ¿Tienes hambre?
- Bastante - me agarré la barriga - ¿Tú?
- Estamos igual.
Caminó hasta llegar al lado de la cama en la que me encontraba echada.
- ¿Vamos a desayunar?
- Claro que sí.
Me tendió la mano y me hizo levantarme, salimos del cuarto dejando la cama hecha un desastre y bajamos rápido al primer piso.
- Esta es la cocina - fue lo que dijo apenas entramos a una nueva habitación.
- ¿Para que es? - paseé mi mirada por todo el lugar.
El piso era un hermoso blanco mientras que las paredes eran de un gris claro, combinaba muy bien.
- Aquí preparamos la comida, comemos, guardamos lo que traemos del mercado o centro comercial y entre otras cosas.
- ¿Qué suelen comer en el desayuno?
- Depende de que te guste.
- ¡Moras! - sin duda amaba las moras - ! NO¡ ¡ESPERA! - me contradije - ¡El Chocolate!
Él me miro primero confundido, mas al procesar mis palabras sonrió.
- ¿Te parecen panqueques de mora con jugo de fresa?
- ¿No se puede chocolate? - expresé una cara de compasión para que me complaciera en mi pedido.
- Es muy temprano para eso - acarició mi mejilla - te prometo que a la hora del almuerzo como postre compraré chocolate ¿Vale?
- Vale - accedí a lo que planteaba.
- Entonces, preciosa, ¿Te parece panqueques de mora con jugo de fresa? - pregunto otra vez.
Incliné mi cabeza, no había entendido nada de lo que dijo, mas el que tuviera moras incluidas me hacía desear probarlo.
- No te preocupes, te gustará.
Dicho eso se puso manos a la obra; empezó a sacar materiales extraños de diferentes minis roperos.
- ¿Qué es lo que que suelen comer allá? - encontró tema de conversación - siéntate aquí, no quiero que te canses de estar parada.
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La Limerencia Del Lobo
WerewolfSe supone que el destino ya está escrito y que es inmutable, pero ¿Qué pasaría si te dijera que es la mentira más grande que podrás escuchar? En el mundo no hay paz sin guerras, no hay oscuridad sin luz. Nadie hace nada sin pedir nada a cambio. ...