Capítulo 38

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Mi cuerpo, en sí ya entumecido, no quería responder o reaccionar ante lo que estaban viendo mis ojos, debía ser mi imaginación.

Lo que estaba pasando frente a mis ojos . . . no podía, simplemente . . . no podía ser, ¿En . . . que momento? 

Rowan se había lanzado contra Lucien, pero él fue rápido y esquivo el ataque, solo colocó su pierna y debido a la debilidad que mi compañero ya estaba sufriendo no pudo estabilizarse, por lo que en un ágil movimiento Lucien lo tomó por el cuello, lo volteó y . . . 

<<Canela fina>> su voz resonó en mi mente. <<Creo que no podré cumplir nuestra promesa>> 

- ¡NOOOOOO! - grité con todas mis fuerzas, inclusive fue tanta la fuerza que empleé que sentí como algo se desgarraba en mi garganta, pero lo peor no fue eso, sino ver como al hombre que amaba lo apuñalaban sin algún tipo de piedad para después ser arrojado por el acantilado - ¡ROWAAAAAAN!

Traté de ir detrás de él, traté de arrastrarme para acercarme al lugar desde donde él había caído, pero no pude avanzar y Lucien se acercó a mi para agarrarme del brazo sin ningún tipo de contemplación, me obligó a levantarme y me impidió seguir arrastrándome.

- ¿Qué crees que haces, cielito? - miró hacía el vacío y río, como si recién se diera cuenta de la atrocidad que había cometido - Ni creas que lo acompañarás - me rodeó fuertemente con sus brazos y empezó a llevarme en la dirección opuesta - es hora de irnos, pronto caerá la noche, princesa mía.

Luche como pude debido al maldito veneno que me habían insertado: golpeé, pataleé, grité hasta sentir mi garganta arder, pero la fuerza que él empleaba era mayor en todos los sentidos, por más de que intentaba separarme de él no podía, él no me lo permitía. 

- No me obligues a lastimarte, princesita - amenazó, pero poco me importo, de igual modo seguí luchando. Una vez cansado de que desobedeciera habló - Bien, tú lo pediste.

Me dejó un momento sobre el suelo, puso su mano en mi frente y solo susurró:

- Duerme 

Luché, lloré y grité . . . hasta que él volvió todo negro a mi alrededor. 

Me sumí en la inconsciencia y . . . por un momento . . . deseé no volver a despertar, deseé que ese fuera mi último momento para poder seguir a Rowan en ese maldito destino que se le había sido impuesto, el cual me había dejado completamente sola y devastada.

***

Cuando desperté me sentí totalmente confundida, traté de ver a mi alrededor, pero todo seguía negro; alcé mis manos y las llevé hasta mi rostro, ahí recién pude sentir un pedazo de tela en mi cara, me la quité y la luz me cegó, dejé que mis ojos se acostumbraran al ambiente y luego me percaté de que estaba en un cuarto, en el cual nunca había estado antes, puesto que no lo reconocí. Me levanté de la cama en la que me encontraba echada y traté de avanzar hacia una ventana que estaba justo al lado derecho, bajé y empecé a caminar, pero algo me detuvo, bueno, dos cosas: la primera unos grilletes que encerraban mis pies y unas cadenas que estaban en mis muñecas, jalé un poco y me di cuenta que estás salían de la parte de arriba de la cama. 

Regresé y traté de romperlo, pero fue imposible, traté  de usar mis habilidades, pero al intentar mover mis manos para invocar al agua una corriente de electricidad me impactó, lancé un grito de dolor y mi garganta volvió a doler, cuando terminé de ser electrocutada ya me encontraba en el suelo con algunas lágrimas en mis ojos, puesto que los últimos sucesos antes de que todo se volviera oscuro regresaron a mí y dolieron, los recuerdos dolieron.

La Limerencia Del Lobo Where stories live. Discover now