Capítulo 32

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Era de noche, las tres lideresas, Phoenix, Ariana, Rowan y yo nos dirigíamos hacía las manadas para advertirles de lo que pronto sucedería y para pedirles unirse a nuestra resistencia, si aún no era muy tarde claro. 

Primero llegamos a la manada de Tyr, entre Phoenix y yo abrimos un pequeño acceso para acceder, al ingresar nos dimos con la sorpresa de que había un grupo reducido de guerreros que ya estaban listos para atacar. 

- Que calurosa bienvenida - Phoenix habló irónicamente. 

- Alfa Rowan - La voz del joven que se encontraba en el medio de todos llamó nuestra atención - Lamentamos este recibimiento.

Con un gesto de mano Rowan le restó importancia.

- ¿Dónde está tu Alfa Tyr? - preguntó.

- En camino - respondió.

- Lo esperaremos

Dicho eso me volteó a ver y procedí a cerrar la puerta improvisada que había creado. 

Caminé hasta posicionarme a su costado y él sutilmente sostuvo mi mano. 

Las lideresas se encontraban detrás de nosotros atentos a todo movimiento, Ariana se encontraba un paso más adelante de Rowan atenta a todos los movimientos de la manada en la que nos encontrábamos, por el lado de Phoenix, ella se limitaba a juguetear con su cabello.

Los que se encontraban en nuestro delante hicieron un espacio y de entre ellos salió Tyr junto con su hermana, Anastasia.

- Rowan - Tyr caminó hasta estar cerca de él y le dio un apretón de manos, el cual Rowan correspondió, a los segundos se distanció y al verme a mí hizo una inclinación de cabeza -  Darya.

-Tyr - correspondí a su saludo de la misma forma. 

- Debo agradecerte una vez más lo que haz hecho por nosotros, si Lucien o tú necesita algo en algún momento . . . no dudes en decírmelo, sin dudar los apoy . . . 

- Venimos justo por eso - lo corté - El atacante es Lucien - dije sin anestesia. 

Tyr me miró totalmente sorprendido.

- Espera . . . ¿Qué? -la noticia fue una total sorpresa, justo lo que se esperaba - pero él es el Alfa del Este, el Alfa de la manada Colmillo, él no podría ser el responsable de esta guerra que se avecina. 

- Quisiera creer lo mismo - un atisbo de dolor se escuchó en mi voz, ante eso Rowan se apegó más a mí, brindándome ese abrigo que de alguna u otra forma siempre me estabilizaba - pero él ha sido el culpable de todo y tenemos pruebas.

Me hice a un lado y Phoenix caminó hasta quedar entre Tyr y yo.

- Buenas noches, Alfa - saludó burlona.

- La oráculo, Phoenix - Anastasia fue la que nombro a la pelirroja.

- Vaya, veo que soy algún tipo de Leyenda urbana - sonrió.

- No se sabe mucho de ti, solo que se debe tener cuidado.

- Déjame adivinar - llevó una de sus manos a su mejilla y la puso en una pose que parecía estaba pensando en algo profundo - De seguro habrás escuchado comentarios atemorizantes de que maldigo a las personas psicológicamente y que soy muy cruel con mis palabras, eso es lo mínimo que se debe saber, ¿No?

Anastasia asintió.

- Querida - Phoenix se agachó un poco, puesto que era más alta que la morena que estaba en frente con una mirada nerviosa - no creas todo lo que dicen, son puras blasfemias, ¡Calumnias!; ellos siempre han venido a mí buscando saber su futuro, siempre les advertí que el futuro no es como ellos desean, no les importaba así que yo solo cumplía con decirles cómo sería, que ellos no lo hayan tomado bien es otra cosa - se irguió - nunca entenderé la desesperación de los seres por saber qué les depara, ¡solo vivan en plenitud! 

La Limerencia Del Lobo Where stories live. Discover now