Capítulo 18

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A la mañana siguiente fui la primera en ir en dirección a la playa, me asegure de avisarle antes a Lucien, omitiendo la parte en que me vería con otras personas. Así que apenas salió para su trabajo yo también salí en dirección al punto de encuentro; Lovanna, por su parte, me seguiría después de que Tarim saliera de la casa para ir a recoger a Lucien, de este modo nadie preguntaría a dónde fuimos.

Cuando llegué noté que todavía no había nadie, lo cual fue una gran suerte para mí, ya que eso me daría la oportunidad de pasar tiempo nadando en tanto llegaban.

Me aseguré de estar sola para poder despojarme del polo y el pantalón que estaba llevando en esta ocasión, después de quitármelos los dejé encima de una piedra para poder meterme al mar.

Dejé que el agua salada mojara mis pies y poco a poco fui metiendo todo mi cuerpo hasta quedar completamente sumergida.

Mis piernas se volvieron una aleta y tras eso comencé a moverme por todo el espacio libre del agua; en esta ocasión fui consciente de que no podía irme tan lejos, puesto que estaba esperando al pequeño, ya que de así le daríamos inicio al entrenamiento de Ben, con eso en mente me mantuve dentro por unos quince minutos y, una vez cumplido, salí de la tranquilidad que me proporcionaba estar en el lugar que siempre extrañaba.

Emergí del mar, transformé mi aleta en piernas y me pare para recoger mi ropa de donde la había dejado, pero me di cuenta de que ya no estaba.

Mire a mi alrededor buscando si el viento la había movido, pero no hallé nada, hasta que me percaté de una presencia saliendo entre los árboles.

- ¿Qué haces aquí? - me cruce de brazos, con la finalidad de ocultar esas benditas sensaciones que surgían cada vez que lo veía.

Una sonrisa burlona, característica de él, cruzó por sus labios.

- ¿Acaso ya lo olvidaste? - se aproximó a mí con la ropa, que estaba usando, colgada de sus manos - también soy parte del entrenamiento de Bensito. 

Me golpeé la frente mentalmente, tonta.

- ¿Cuánto tiempo llevas ahí?

Se llevó una mano a la barbilla, mientras que la otra, la que tenía la ropa, se posicionó detrás de su espalda, y con delicadeza acarició su barba.

- Desde que llegaste . . . Un poco antes - respondió a mi pregunta.

- ¿Dónde están Marium y Ben? - trataba de cambiar el tema con urgencia, el que se estuviera aproximando a mí a cada nada, me ponía sumamente nerviosa, especialmente por el hecho de que me encontraba desnuda.

- Ya vienen, me adelanté para asegurarme de que la zona fuera segura, canela fina - llevó ambas manos a su espalda y las entrelazo - claro que no esperaba encontrarme con tan agradable compañía.

Moví mi cabello tratando de cubrir partes que no debía, aunque tampoco es que el lo estuviera haciendo sus ojos, en todo momento, se mantenían sobre mis ojos o mi rostro, no había mostrado algún tipo de descaro al tratar de ver mi cuerpo que estaba desnudo.

- ¿Van a demorar? - traté de mantener la conversación.

- No creo - respondió cortante y se detuvo a escasos pasos de mí. 

Si daba un solo paso más estaba segura de que podría sentir su pecho contra el mío. Mi corazón estaba latiendo frenético ante esa idea. 

- Toma - sacó ambas manos de su espalda y me tendió el pantalón jean y la polera blanca que traía puesta minutos antes - tienes que vestirte.

Las agarré rápido y me puse primero la polera bajo su atenta mirada, tuve que admitir que no me sentí incómoda, es más me sentí un poco frustrada porque no trataba de verme.

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