Capítulo 20

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Momento +18, no es fuerte, pero si desean pasarlo avancen hasta donde se vea "***" esos tres puntitos.

A leer, si lo desean.

***

Lucien se encontraba abstraído recorriendo cada parte de mi cuerpo, sin algún tipo de pudor o señal de querer detenerse. Sus ojos estaban inundados en éxtasis al tocar cada parte de mí, no dejaba de susurrarme palabras que solo provocaban más de esa extraña, pero exquisita sensación de cosquilleo en mi vientre bajo, me sentía hermosa entre sus brazos y ante sus ojos. 

- Darya - me llamó bajito - quiero entrar en ti . . . no - hizo una pausa corrigiendo sus palabras -  necesito entrar en ti.

Las ansias que emanaban de él porque llegara este momento se notaba tanto en su tono de voz como en su forma de tocarme o mirarme.   

- Por favor . . . hazlo - accedí, pero me sentía tan nerviosa que, por un momento, dude si la voz temblorosa que habló era la mía. 

Tras mi consentimiento empezó a desnudarse también, primero procedió a quitarse su polo, vi con cautela cada centímetro de su piel mientras empezaba a retirar la prenda y sentí que quería ayudarlo por lo que me levanté del sofá y me acerqué a su cuerpo, él al sentir mi mano sobre su abdomen se tensó, terminó de sacar el polo y se quedó parado observándome.

- Per . . . permíteme.

Susurré con los nervios a flor de piel, un poco dudosa acerqué mis labios a su pecho, sin no tener la idea total de lo que quería hacer, comencé a acariciarlo con mis manos y, a la vez, estas iban bajando al cierre de su pantalón y los besos que iba dejando también. 

- Darya - su voz entrecortada y excitada me hizo sentirme poderosa.

Me di cuenta de que él no era el único con la habilidad de elevar la temperatura. 

Seguí con mi recorrido hasta que termine de rodillas ante él, junto con mis labios por encima de su ombligo y mis manos en su cierre.

Alcé mi cabeza para mirarlo y la imagen que el me proporciono me motivo: tenía sus labios entre abiertos dejando escapar suspiros pesados y sus ojos estaban inyectados en deseo. 

Más segura de mí, agarré ese bendito cierre, desabroche los botones del pantalón y agarré la parte superior de la prenda, junto con el bóxer, y lo bajé lentamente, dejando poco a poco libre a su miembro.

Lucien me agarró del brazo y me levanto, volvió a atacar mis labios y me hizo retroceder hasta el sofá, mientas que él me levantaba del suelo por inercia mis piernas terminaron enredadas en sus caderas y el aprovecho la pose para agarrarme del trasero.

- Mía - susurró entre besos, me recostó en el sofá y puso todo su peso sobre sus brazos, para no caer encima de mí, y se posiciono entre mis piernas. - solo Mía.

Sentí como la punta de su miembro rozaba mi punto más sensible y me asusté ante eso, por lo que mi cuerpo trato de alejarse. Él noto lo que estaba pasando en mí, así que con gentileza sostuvo mi rostro con una mano, me dio besos por toda la cara distrayéndome de la situación que se estaba dando en "esa" zona.

- No te lastimaré, cielito - sus labios descendieron hasta mi cuello y luego fue a uno de mis pechos para empezar a juguetear con mi pezón, chupaba y succionaba; gemidos de placer empezaron a brotar de mí. - confía 

De pronto, un pequeño dolor me invadió, estaba tan concentrada en el placer que Lucien me estaba dando que no me di cuenta en qué momento había empezado a invadirme.

- Lucien - gimoteé de dolor.

- Lo sé, cielo, lo sé - trató de consolarme - te prometo que pasara.

La Limerencia Del Lobo Where stories live. Discover now