Capítulo 33

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- Está aquí - dijo simplemente.

- ¿Está aquí? - Aslan y Ragnar preguntaron al unísono. 

- ¿Qué? ¿Cómo que aquí?- pregunté yo aún manteniéndome en el piso con Rowan sobre mis piernas. 

- Está aquí - repitió y como alma que lleva el diablo salió corriendo de la habitación.

Miré brevemente a Rowan que estaba con los ojos cerrados, parecía que estaba desmayado, quizá se había sobre exigido o el hechizo que habían utilizado le había robado fuerzas.

Los segundos pasaban y todos los que estábamos en el cuarto nos encontrábamos expectantes a lo que sea que fuera a pasar, bueno, con quien sea que Phoenix fuera a traer. 

Escuché los pasos de Phoenix subir apurada por un momento tuve el temor de que hubiese sido un tipo de error, pero la doble pisada me hizo a entender que estaba subiendo con alguien más, que era verdad que la pareja de Tarim estaba aquí, que estaba entre nosotros.

Aunque la duda de pensar en quién podría ser me carcomía, traté de pensar en posibilidades, pero antes de que entraran mis dudas se vieron disipadas: Ariana, ella era su mate.

- ¡Ven! - gritó Phoenix e hizo un ademán de forzar a alguien a entrar al cuarto

- No entiendo para qué me necesi . . . - se quedó callada cuando la obligó a pasar y por arte de inercia sus ojos viajaron el cuerpo casi inerte de Tarim tumbado en la cama.

Se mantuvo estática en su lugar mirándolo, se podía sentir la tensión en el ambiente, ya que nadie se atrevía a hacer un movimiento o comentario, solo nos encontrábamos expectantes a lo que fuera a suceder; hasta que los pies de Ariana se despegaron del suelo y fueron directamente hacía la cama donde estaba recostado el peli blanco, ella se aproximo cuidadosamente y con una ternura envidiable acarició su rostro, su mirada recorrió todo el rostro del muchacho y cuando cayó en la parte superior llevó sus manos y se dedicó a mimar su cabello:

- Blanco como la nieve, amor - susurró con dolor y apoyó su mano sobre el hombro de Tarim y sutilmente lo movió - ¿Amor? - volvió a insistir - ¿Qué le pasa? - su voz sonó nerviosa, asustada - ¿Por qué está así? - miró directamente a Phoenix.

- Está grave - dijo lo obvio - alguien a lo largo de este tiempo se ha obsesionado con él y se ha propuesto volverlo parte de su destino y si llega a realizar el hechizo que podría volverlo su pareja destinada impostora, podría resultar fatal . . . para él - explicó rápido.

- ¿Morirá? - el rostro de Ariana se contrajo en dolor - pero . . . no . . . apenas lo acabo de encontrar - miró hacía él - no puedes dejarme antes de conocerme, tonto, no  . . . no puedes - su cabelló celeste se encontraba caído a cada lado de su rostro y en este había un camino de lágrimas saladas resbalándose lentamente. 

- Solo tú puedes salvarlo - la voz de Phoenix, sonó suave y con un sutil mensaje subliminal.

Ariana la miró con los ojos enrojecidos y de un momento a otro pareció caer en cuenta a lo que ella se refería.

- La marca -pronunció débil y Phoenix asintió, miró a Tarim y se preguntó - Pero ¿Cómo sé que él . . . ? . . . ¿El querrá? - el miedo surgió en su voz. 

Estaba dudando y eso era algo que no nos podíamos permitir, por lo que hablé para aclararle la situación.

- ¿Lo quieres? - pregunté de frente.

Ella me miró 

- No . . . Lo amo con mi vida - me corrigió y volvió a dirigir su vista al pálido rostro del desdichado.

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