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SENTADA EN EL AUTO mientras observaba el funeral frente a ella, Bella Cullen respiró temblorosamente antes de bajarse de este; ella no podía recordar la última vez que había estado allí.
Había pasado tanto tiempo desde que Alice la saco a rastras de la boda de su tía y a Bella jamás se le había ofrecido la oportunidad de regresar y ver a su familia otra vez; Edward se había asegurado de que siempre hubiera algo que la detuviera de ir a Forks otra vez.
Lentamente, Bella siguió el camino. Ella mantuvo su cabeza agachada sabiendo que mientras un montón de personas no la recordarían, que ella no podía arriesgarse; ella había oído de las noticias y quería mostrar sus respetos.
No le parecía real que ella realmente estuviera atendiendo el funeral de Sophia, parecía que fue ayer cuando su prima se había mudado a Forks con su bebé; ahora ella estaba siendo enterrada en el pueblo en el que había pasado la mayor parte de su vida.
Bella había querido tantas veces regresar a Forks y ver la familia que había dejado atrás. Ella se había perdido de Sophia casándose con Paul, se perdió de la boda de su padre con Grace; ella se odiaba a sí misma aún más cuando se perdió el funeral de él.
No se le hizo difícil a Bella el encontrar a Mia. Ella tragó saliva al ver cuánto se parecía la mujer a su prima; ella miró al hombre junto a Mia, sabiendo que él debía ser su esposo. Ella sonrió, un poco agradecida de que Mia se hubiera establecido.
Junto a Mia estaban sus dos hermanos gemelos, Bella no sabía mucho de ellos pero había escuchado que ellos habían nacido tres años después de que ella hubiera sido convertida y que habían sido una maravillosa sorpresa para Sophia y Paul.
Los gemelos, Noah y Tyler, se veía mucho como su padre y Bella estaba un poco cautelosa de acercarse a ellos en caso de que llevaran el gen de lobo como Paul; Bella sabía que ella no quería ningún problema.
Parada a un lado de los gemelos estaba su hermana menor, Bella no estaba segura de a quién se parecía Zoey pero ella sabía que era un empate entre sus dos padres; ella sintió una punzada de celos ante el hecho de que Sophia tuviera cuatro hermosos hijos.
Bella volteó su atención lejos de los hermanos que estaban de luto por la pérdida de su madre. Ella miró el ataúd y deseo haber estado allí en los últimos días de Sophia.
Le había dolido oír que Paul había fallecido un par de años antes a la edad de setenta y cinco, Bella solo podía imaginar cuan devastado había estado Sophia cuando aquella había sucedido. Especialmente después de todo.
Allí habían pocas personas en el funeral que Bella reconocía, ella no quería nada más que concentrarse en la razón por la que había ido hasta allí; aquella era su única oportunidad de despedirse de su último familiar.
