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BEBIENDO DE SU JUGO DE NARANJA, Sophia no podía creer cuán rápido habían pasado las semanas y ella lentamente se estaba recuperando completamente de lo que le había sucedido; ella simplemente estaba agradecida de que todo hubiera acabado.
"¿Estás nerviosa?" Sophia preguntó, mirando a su madre mientras ella estaba concentrada con Mia. Ellas tenían un par de horas antes de que tuvieran que irse para la ceremonia y ella estaba muy emocionada por ese día.
Ellos recientemente habían celebrado el primer cumpleaños de Mia y había sido un día espectacular para la pequeña niña, ellos habían mantenido las cosas simples ya que todos se estaban preparando para la boda.
"Por supuesto que no" Caroline contestó acurrucando a su nieta. Ella honestamente no podía creer que en un par de horas iba a casarse con el hombre con el que había estado por los últimos diecinueve años.
Era algo que Caroline había insistido que no necesitaba pero ahora no podía esperar; ella quería asegurarse que todo estaba perfecto para su gran día.
Sophia miró a su madre, sin creerle completamente. Ella no sabía cómo alguien pudiera estar tan calmado con una boda tan grande planeada.
Allí habían alrededor de quinientos invitados esperados en el hotel aquella tarde y Sophia dudaba que nada la prepararía para la escala de aquella boda; ella se juró a sí misma que cuando ella y Paul se casaran sería un evento mucho más pequeño.
"Tal vez un poco" Caroline admitió, sabiendo que ella no podía negar las mariposas en su estómago. Ella jamás había estado tan nerviosa antes y ella no podía esperar a ver a Jonathon cuando estuviera caminando hacia el altar.
Por supuesto que la ocasión estaba un poco arruinada con el hecho de que Bella no iba a estar allí y que hubieran enterrado a Lorelei recientemente pero todos estaban determinados a disfrutar el día.
Sophia le sonrió a su madre, ella jamás cambiaría lo que tenía por nada; ella era tan feliz de haber sobrevivido al ataque de Irina.
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"TE VEZ HERMOSA" Paul murmuró envolviendo sus brazos alrededor de Sophia. Él jamás había pensado que ellos estarían allí y estaba agradecido de que Irina, al final, no hubiera conseguido lo que quería.
Su ataque tal vez le hubiera costado su vida, pero Irina no había conseguido sacarle a Sophia la suya; ella lentamente se había recuperado de lo que había sucedido y ahora podía caminar sin mucha ayuda incluso si encontraba estar parada mucho tiempo difícil.
"¿Tu crees?" Sophia preguntó, observando su vestido de dama de honor; ella estaba un poco nerviosa por caminar hacia el altar y estaba agradecida de que no fuera su día de bodas.
