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SOPHIA MOVIÓ A MIA EN SUS BRAZOS mientras tocaba la puerta del apartamento. Ella realmente no estaba segura que iba a suceder cuando conociera a Lorelei pero ella esperaba que fuera mejor que cuando vio por última vez a sus padres.
La rubia observó como la puerta era abierta y un hombre en un traje aparecía frente a ella con una rígida expresión en su rostro, ella sabía que este iba a ser un encuentro muy formal.
"Soy Sophia Swan, estoy aquí para ver a la Sra. Hayward" Ella dijo mientras se aseguraba que tenía su bolso, donde estaban todas las cosas que Mia podría necesitar.
El hombre observó a Sophia duramente por un momento antes de cerrar la puerta en su rostro, haciendo que ella la observara confundida; ella había chequeado dos veces que ese fuera el apartamento correcto antes de golpear.
Moviéndose nerviosamente, Sophia siguió estando para allí silenciosamente mientras se preguntaba qué hacía ahora. Ella ciertamente no había esperado que la puerta fuera cerrada en su rostro de esa manera.
La puerta se volvió a abrir, haciendo que Sophia alzara un ceja hacia el hombre. Preguntándose si su abuela había cambiado de parecer sobre conocerla y no tenía el corazón para decírselo.
"Por aquí, Señorita Swan" El hombre le dijo mientras se hacia a un lado para dejar que Sophia entrara junto con Mia. Ella lo observó cautelosamente, mientras se adentraba en el vestíbulo del caro apartamento.
Se veía mucho más exclusivo que el pequeño apartamento de tres habitaciones que sus padres tenían en el que nunca vivían; ellos siempre estaban viajando por negocios y quedándose en hoteles lujosos, dejando a Sophia a solas.
"Déjeme tomar su bolso, señorita" El hombre dijo mientras señalaba el bolso. Sophia asintió mientras le permitía tomarlo; la rubia miró a su alrededor mientras cambiaba su agarre en Mia cuidadosamente.
El hombre dejó su bolso en la mesa del vestíbulo antes de señalarle a Sophia que lo siguiera hacia donde Lorelei se encontraba esperándola para conocerla por primera vez.
Sophia no pudo evitar mirar a su alrededor, al departamento que había sido el hogar de su padre cuando había estado creciendo; ella jamás había estado allí antes y se sentía nerviosa por lo que estaba haciendo.
"Madame Hayward, déjeme presentarle a Sophia Swan" El hombre anunció, mostrándole a Sophia la sala de estar donde Lorelei estaba sentada bebiendo té; él se movió hacia un lado, permitiéndole a s jefa ver a la rubia que acaba de aparecer por la puerta.
Los ojos azules de Lorelei observaron a Sophia, quien estaba parada frente a ella y sintió lágrimas juntarse en ellos. Deseando que aquello hubiera podido suceder antes y no cuando el tiempo comenzaba a terminarse lentamente.
